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EP/AP-BALI (INDONESIA)

La ya conocida como la Hoja de Ruta de Bali recoge un calendario y un marco para la negociación de un acuerdo de lucha contra el calentamiento global que sustituya al Protocolo de Kioto, que expira en 2012. La negociación para lograr el pacto empezará en 2009. La postura de Estados Unidos provocó un importante malestar entre las demás delegaciones ante su reticencia a establecer objetivos concretos de reducción de las emisiones de los gases que producen el efecto invernadero, una posición que finalmente Washington ha conseguido imponer, al menos en parte, en la cumbre.

El documento final de la Hoja de Ruta de Bali supone un acuerdo de unos 190 países al amparo de la ONU. «Es un auténtico hito, una oportunidad real de que la comunidad internacional luche contra el cambio climática», declaró el secretario ejecutivo de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático, Yvo de Boer. «Las partes han reconocido la urgencia de la acción sobre el cambio climático», añadió.

El documento no incluye ningún compromiso concreto de recortes de las emisiones de los gases de efecto invernadero, sino que se limita a establecer una agenda y un calendario para que los negociadores busquen vías para la reducción de la contaminación y sobre cómo ayudar a los países pobres a adaptarse a los cambios medioambientales mediante ayuda económica y una aceleración de la transferencia de tecnología.

El acuerdo, sin embargo, contiene avances específicamente concebidos para las economías en desarrollo, en particular para países emergentes como China e India. El texto ha recibido también el beneplácito de EEUU, la principal nación industrial que rechazó los acuerdos de Kioto, una incorporación de última hora tras maratonianas negociaciones que estuvieron, en varias ocasiones, al borde del colapso.

Negociadores europeos y estadounidenses se enfrentaron en las últimas horas de la conferencia para que se aceptara la propuesta de la UE, que llama a un drástico descenso de las emisiones de gases tóxicos por parte de los países industrializados: de un 25 a un 40% por debajo de la media de 1990. Todo ello para 2020.