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EFE-WASHINGTON/ISLAMABAD El viudo de Benazir Bhutto, Asif Ali Zardari, nuevo copresidente del más importante partido de la oposición en Pakistán, reclama la formación de un gobierno interino que presida las elecciones previstas para el 18 de febrero, en un artículo publicado en The Washington Post. Zardari, que ha relevado a su esposa al frente del Partido Popular de Pakistán (PPP), junto con su hijo de 19 años, Bilawal Bhutto Zardari, insistió en que «se puede salvar la democracia en Pakistán, y hacer frente al extremismo, sólo si las elecciones, cuando se celebren, son libres, justas y fidedignas».

«Con este fin -continuó- hay que garantizar al pueblo de Pakistán elecciones que se celebren bajo un nuevo gobierno interino neutral sin ningún allegado del partido de Musharraf», el presidente del país.

Zardari también pide que se designe una nueva comisión electoral, «independiente y autónoma», cuya composición decidan todos los partidos.
Las elecciones, aplazadas hasta el 18 de febrero tras el asesinato de Bhutto el pasado 27 de diciembre, deberían ser vigiladas por «observadores internacionales bien formados que tengan acceso libre a todos los colegios electorales».

El nuevo líder del PPP también exigió la restauración de un poder judicial independiente y la puesta en libertad de todos los militantes políticos, abogados y jueces que actualmente están encarcelados.

Por otra parte, el equipo de Scotland Yard inició ayer su investigación para esclarecer el asesinato de la ex primera ministra, en la que el Ejecutivo no intentará «influir», aseguró una fuente gubernamental.

El grupo de cinco miembros de la Policía Metropolitana Antiterrorista británica, que aterrizó el viernes en Islamabad, empezó sus pesquisas sin ningún tipo de presión por parte de las autoridades paquistaníes. Los enviados de Scotland Yard y tres miembros de la legación diplomática británica en Islamabad se reunieron con cuatro investigadores paquistaníes para analizar la situación.

Los investigadores, que aún no han hecho ninguna declaración desde su llegada a Pakistán, se enfrentan a una difícil labor, ya que la familia de la fallecida líder del Partido Popular de Pakistán (PPP) reclama una investigación de la ONU y se niega a que su cadáver sea exhumado.