El presidente keniano, Mwai Kibaki, ha tendido la mano al principal partido de la oposición y a su líder, Raila Odinga, ofreciéndose a formar un Gobierno de coalición y poner fin así a la violencia que actualmente está presente en todo el país y que comenzó tras las elecciones. Sin embargo, Odinga no está por la labor de colaborar y aseguró en rueda de prensa que no aceptará ningún trato por parte del jefe del Ejecutivo, hasta que éste dimita.
Según la nota enviada por Kibaki, éste está dispuesto a formar «un Gobierno de unidad nacional que no sólo aglutine a los kenianos, sino que también contribuya al proceso de curación y reconciliación del país». Estas declaraciones surgen después de que el presidente de Kenia se reuniera con la principal diplomática estadounidense para el continente africano, la subsecretaria de Estado Jendayi Frazer, quien previamente había mantenido un encuentro con el líder de la oposición.
Detener la violencia
Así, según el comunicado oficial, «Frazer recomendó al presidente Kibaki que haga esfuerzos por acercarse a la oposición, con el objetivo de detener la violencia en todos los frentes, solicitando a todas las partes implicadas que abracen el diálogo como escapatoria a la situación actual».
Sin embargo Odinga no está de acuerdo con esta propuesta y mantiene su opinión de que Kibaki debería dimitir. «Mi posición no ha variado. Queremos un acuerdo negociado. Nuestro punto de partida es que Kibaki está ahí ilegalmente. No debería llegar hasta la mesa de negociación como presidente», declaró.
De este modo, Odinga asegura que si acepta en algún momento llegar a algún tipo de acuerdo con Kibaki, sólo se producirá una vez que el presidente haya dimitido de su puesto, sin embargo, mientras ocupe la presidencia no dialogará con él sobre ningún tema.
Este conflicto, que ya se ha cobrado la vida de cientos de kenianos, ha llegado hasta la ONU, que ha pedido a ambos políticos que intenten entenderse y trabajen para la restauración de la calma en el país. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, instó de esta manera a los dos líderes a resolver sus diferencias mediante el diálogo. Ban Ki Moon se ha puesto en contacto, también, con los presidente de otros países africanos para que medien en este conflicto.
Además, catorce relatores de la ONU, encargados de velar por los Derechos humanos, han denunciado abusos y violencia entre los habitantes del país, por lo que han pedido a la comunidad internacional que asuma su responsabilidad.
El alto representante para la Política Exterior de la UE, Javier Solana, y los dirigentes de la Unión Africana acordaron ayer apoyar un impulso en el diálogo interno en Kenia tras los disturbios ocurridos después de las recientes elecciones presidenciales. Los observadores de la UE dudan de la credibilidad del escrutinio oficial, mientras que el fiscal general expresó el pasado jueves la necesidad de revisar los datos a raíz de la «percepción» de que los resultados «fueron manipulados».
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