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OTR/PRESS-BAGDAD El Gobierno iraquí anunció ayer la ampliación del ultimátum de entrega para los milicianos de Muqtada al Sadr, en principio de 72 horas desde el miércoles y que ahora durará «hasta el 8 de abril».

Así lo confirmó el primer ministro, Nuri Al Maliki, que también ofreció no sólo una reducción de los castigos para los simpatizantes del clérigo radical sino una recompensa económica por la entrega de armas. Se trata de una medida de Bagdad que busca la rendición tras cuatro días de intensos combates, principalmente en Basora, y que según el Ejército se han saldado con al menos 120 «enemigos» abatidos.

El miércoles, Al Maliki dio tres días de margen para que todos aquellos insurgentes chiíes «engañados» pudiesen reducir sus castigos, a cambio de entregar las armas y comprometerse por escrito a no repetir acciones similares.

El primer ministro reiteró esta petición, para que «todos aquéllos que tengan armas pesadas y ligeras» las entreguen en los puestos de control, pero añadió un punto compensatorio: «Serán recompensados económicamente». Además, en un comunicado, el dirigente informó que las nuevas condiciones a aplicar desde ayer durarán «hasta el 8 de abril».

Al Maliki sigue desde la propia Basora los combates contra la milicia de Al Sadr, extendidos incluso a la capital, donde además de enfrentamientos y atentados se viven protestas callejeras. Al parecer, poco a poco las Fuerzas de Seguridad van ganando terreno al Ejército del Mahdi, según declaraciones de una fuente policial a la cadena 'Al Jazeera', ya que habrían logrado el control del centro de la segunda ciudad más importante del país, si bien grandes extensiones del sur siguen siendo feudo de Al Sadr.

Para colaborar en la primera gran cruzada de las autoridades locales contra las trincheras chiíes, el Ejército estadounidense se puso en la línea de fuego, concretamente en el barrio de la capital Ciudad Sadr y sus alrededores. «Nos enfrentamos al enemigo con artillería, nos enfrentamos al enemigo con aviones, nos enfrentamos al enemigo con fuego directo», señaló el portavoz de las fuerzas norteamericanas en Bagdad, Mark Cheadle.