Los vehículos blindados del Ejército libanés tomaban ayer los barrios de Beirut en poder de la milicia. Foto: REUTERS

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AGENCIAS-BEIRUT

Los milicianos de Hezbolá comenzaron ayer a retirarse de los barrios de Beirut que controlaban, un gesto que parece consecuencia directa de la decisión anunciada por el Ejército de no satisfacer las peticiones del primer ministro, el pro occidental Fuad Siniora, quien afirmó ayer que esperaba que las fuerzas armadas obligaran a destituir al jefe de la seguridad del aeropuerto de Beirut, afín a Hezbolá, y se ocuparan de la red interna de comunicación de la milicia.

Según Hezbolá, los hombres armados que se habían apoderado de la ciudad tras derrotar el viernes a las milicias afines al Gobierno se retiran de Beirut hacia otros sectores debido a la decisión del Ejército de no cumplir con lo que quería Siniora. Soldados libaneses fueron vistos patrullando las calles abandonadas por Hezbolá y sus aliados.

El Ejército indica que gestionará la cuestión de la red de comunicación interna de Hezbolá de manera «que no afecte los intereses públicos y la seguridad de la resistencia». Los militares, además, instaron a las milicias a retirarse de las calles. Sin embargo, en el comunicado, la oposición advierte que seguirá con su «desobediencia civil» para lograr que se satisfagan sus demandas.

Siniora manifestó que estas dos cuestiones -la destitución del jefe de seguridad del aeropuerto y la red de comunicación militar interna de Hezbolá- serían gestionadas por el Ejército. Las Fuerzas Armadas son consideradas un actor neutral en un país dividido entre los partidos prooccidentales y la oposición prosiria encabezada por la milicia de Hezbolá.

Saad Hariri, el líder del principal partido progubernamental, el Movimiento Futuro, mostró su satisfacción tras conocer el contenido del comunicado del Ejército, pero las milicias afines al grupo siguieron hostigando a los opositores.

El primer ministro, Siniora advirtió ayer en un discurso televisado a Hezbolá que el Gobierno no «caerá bajo el control de los golpistas», en su primera declaración tras la toma de poder de las milicias de la formación en los barrios musulmanes de Beirut. El dirigente afirmó que la ciudad se encontraba «asediada» y «ocupada» por las milicias chiíes. El primer ministro negó en representación del Gobierno, haber «declarado la guerra» al grupo y confirmó que no tiene intención de hacerlo en un futuro. No obstante, Siniora advirtió que el Ejecutivo libanés «no aceptará el asalto en los vecindarios y en los hogares» por parte de las milicias, ni tolerará «la muerte de civiles inocentes».