La aspirante demócrata celebraba ayer su victoria en Charleston, Virginia Occidental. Foto: REUTERS

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OTR/PRESS-WASHINGTON

A la ex primera dama norteamericana Hillary Clinton apenas le salen las cuentas, pero seguirá en las primarias demócratas hasta nuevo aviso, a poder ser hasta la meta. En su propia opinión, ahora está «más decidida que nunca» para continuar con su campaña, después de su contundente victoria en el estado de Virginia Occidental, que si bien no le ha dado demasiados delegados puede servir de señuelo para los indecisos y la demostración de cara a los superdelegados de que su rival Barack Obama no tiene por qué ser la mejor opción.

Clinton obtuvo en la última cita con las urnas el 67% de las papeletas, frente al 26% logrado por su rival, según informaciones de 'The New York Times'. Sin embargo, el resultado tiene parte de engaño, puesto que el contundente triunfo apenas tendrá incidencia en número de delegados, carrera que actualmente Obama lidera por más de un centenar y medio, dado que en Virginia Occidental tan sólo se repartían 28 nombres.

Aun así, las estadísticas afirman que ningún demócrata se ha hecho con la Presidencia del país sin haber ganado antes en este Estado. «Estoy más decidida que nunca a continuar con mi campaña hasta que todos tengan la posibilidad de hacer escuchar sus voces», afirmó la senadora por Nueva York, en un discurso triunfal dirigido a todos aquellos que le urgen a arrojar la toalla como forma de reforzar a la formación.

A su juicio, «esta lucha no ha acabado todavía», por lo que continuará «peleando» en la medida en que se considera «la candidata más fuerte» para suceder a George W. Bush en la Casa Blanca, lo que le llevaría a convertirse en la primera mujer presidenta de la primera potencia mundial.

La presencia de Obama en Virginia Occidental prácticamente fue anecdótica, con una breve parada y sin discurso posterior a conocer los resultados finales. Una portavoz de su campaña declaró que había mandado un mensaje de felicitación vía telefónica a Clinton, mientras parece más concentrado en las próximas votaciones.

Clinton quiere llegar a todos ellos en plena forma y, en esta carrera, salud y dinero van paralelos. Su campaña acumula unas deudas de al menos 20 millones de dólares, por lo que cuando apenas se habían cerrado los colegios electorales, su equipo inició una campaña de envío de mensajes de textos y correos electrónicos a sus simpatizantes, a quienes insta a realizar donaciones.