Bush terminó ayer su gira por Oriente Próximo en la ciudad turística egipcia de Sharm el Sheij. Foto: MIKE NELSON/EFE

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ENRIQUE RUBIO-SHARM EL SHEIJ El presidente de EE UU, George W. Bush, instó ayer a Israel a suavizar las restricciones impuestas a los palestinos en el discurso de cierre de su gira por Oriente Medio, en el que situó a Irán en el centro de los males de la región. En su intervención ante el Foro Económico Mundial, que se inauguró ayer en la ciudad turística de Sharm el Sheij, Bush volvió a manifestar su esperanza de lograr un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos antes de final de este año, cuando expira su mandato.

El presidente estadounidense no se salió de las líneas maestras que han regido su política exterior en la zona, con tibios llamamientos a sus aliados para emprender reformas democráticas. Sin embargo, Bush ofreció ayer una cara distinta a la que había mostrado tan sólo unos días antes, cuando, en un discurso en el Parlamento israelí el jueves pasado, elogió la alianza de EE UU con Israel y apenas hizo referencia al proceso de paz con los palestinos.

«Israel debe hacer duros sacrificios para la paz y suavizar las restricciones a los palestinos», reclamó hoy en su intervención, aunque sin especificar a qué esfuerzos se refería. El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Stephen Hadley, explicó a los periodistas que en su reunión previa con el primer ministro palestino, Salam Fayad, Bush se había referido en concreto a los asentamientos israelíes.

Terrorismo
Por su parte, Bush exhortó a los palestinos a combatir el terrorismo y «a seguir construyendo las instituciones de una sociedad libre y pacífica». «Creo firmemente que con liderazgo y valentía podemos alcanzar el acuerdo de paz este año», aseguró Bush, lo que despertó un aplauso poco entusiasta entre la audiencia.

En una intervención orientada a recuperar la confianza de gobernantes de la región, Bush apeló a los países árabes «especialmente los ricos en petróleo, a aprovechar esta oportunidad para invertir en el pueblo palestino y superar viejos resquemores hacia Israel».

El inquilino de la Casa Blanca no dejó pasar la oportunidad de pedir el apoyo contra Irán de sus aliados, con quienes comparte un temor común hacia los aspiraciones nucleares del régimen de Teherán.

«Todas las naciones pacíficas de la región tienen interés en oponerse a las ambiciones nucleares de Irán. Permitir que el principal patrocinador mundial del terrorismo consiga el arma más mortífera sería una traición imperdonable a las generaciones futuras», aseveró. En las conversaciones que mantuvo con personalidades de la región antes de su discurso, el presidente George W. Bush ubicó al régimen autoritario de Irán en el centro de los problemas de extremismo y terrorismo de la región.