El aspirante a la nominación del Partido Demócrata, durante un mitin en Aberdeen, Dakota del Sur. Foto: REUTERS

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EFE-WASHINGTON

El Partido Demócrata dio ayer luz verde a los delegados elegidos en las primarias de Florida y Michigan para que asistan a la convención de agosto en Denver (Colorado), aunque sólo con medio voto cada uno, lo que supone un revés para la senadora Hillary Clinton.

Un documento elaborado por los abogados de la formación política había adelantado esta semana que esa era la opción más factible.

Los dos estados fueron penalizados sin representación por adelantar la fecha de sus primarias, que se celebraron en enero en lugar de después del 5 de febrero, como marcaban las normas. La presión de los votantes y varias demandas exigiendo una revisión de la drástica medida forzaron a los demócratas a reconsiderar su decisión.

Clinton, que mantiene una feroz batalla desde hace casi seis meses por la candidatura presidencial demócrata con el senador por Illinois, Barack Obama, fue la principal defensora de la inclusión de los 368 delegados de Florida y Michigan con pleno poder de voto.

La ex primera dama ganó en ambos, aunque ni ella ni Obama hicieron campaña en los estados. De hecho, Obama ni siquiera incluyó su nombre en las papeletas de Michigan.

Harold Ickes, asesor de Hillary y uno de los 30 miembros del Comité de Normas y Reglamentos que ayer analizó la situación de Florida y Michigan, señaló que la senadora se reserva el derecho de apelar ante el Comité de Credenciales.

El problema, en ese caso, es que la decisión final no se adoptaría hasta el primer día de la convención de Denver, ya que las medidas del citado comité tienen que ser aprobadas por el pleno de la convención.

El partido quiere evitar a toda costa ese escenario, dado que ello podría incrementar más aún las tensiones entre los partidarios de Obama y Clinton. El presidente del partido, Howard Dean, instó ayer a las facciones enfrentadas a enterrar el hacha de guerra al decir: «Tenemos que aunar fuerzas y unir este partido».

La participación de los puertorriqueños en las primarias demócratas que se celebraban ayer en la isla caribeña resultó menor de la esperada, con un flujo muy reducido de votantes en las primeras horas. En varios centros de votación de San Juan, el número de votantes era escaso y la apatía era la nota dominante. Clinton es la gran favorita para llevarse los 55 delegados que acudirán a la Convención Nacional del Partido Demócrata en Denver (Colorado) en agosto. El propio Barack Obama, que está muy cerca de proclamarse candidato presidencial demócrata, reconoció ayer que su rival Clinton es la gran favorita para ganar en Puerto Rico. Frente a la poca afluencia en los colegios electorales, alrededor de dos mil personas acudieron a una manifestación convocada por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) en el viejo San Juan para protestar por unas primarias que consideran otra muestra del «estatus colonial» del Estado Libre Asociado.