El presidente francés presentó su plan por primera vez la semana pasada. Foto: FRANÇOIS MORIS/REUTERS

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ESTEFANÍA NARRILLOS (FRÀNCFORT)

Los ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) creen que la UE no debe responder al alza del crudo rebajando la fiscalidad de los productos energéticos y sólo contemplan aplicar medidas de ayuda puntuales para los colectivos desfavorecidos y los sectores más afectados por la subida.

En su habitual encuentro mensual, celebrado excepcionalmente en Fráncfort con motivo de la celebración del décimo aniversario del Banco Central Europeo (BCE), el Eurogrupo dejó claro su rechazo a la propuesta del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de reducir el IVA de los carburantes cuando el petróleo supere un determinado umbral.

En rueda de prensa al término de la reunión, el presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, recordó el compromiso adoptado en 2005 en Manchester (Reino Unido) por todos los Estados miembros de no reaccionar a la subida de la energía con cambios impositivos.

«No hay ningún elemento» que indique que el precio del petróleo se va a corregir a la baja, reseñó Juncker, por lo que no tiene sentido aplicar medidas fiscales a corto plazo.

El titular de Finanzas luxemburgués consideró, no obstante, que los Veintisiete deben reflexionar sobre qué acciones políticas pueden adoptar para aligerar la carga que supone a los colectivos más vulnerables el encarecimiento de los productos energéticos.

Así, pidió a la CE y a los Gobiernos que, de cara a la cumbre que reunirá a los líderes de los Veintisiete en Bruselas los próximos 19 y 20 de junio, propongan medidas de política social a aplicar de manera concertada con ese objetivo.

Respecto a la posibilidad de aprobar ayudas a algunos sectores, como pescadores, transportistas o agricultores, Juncker hizo hincapié en que la situación es diferente en cada Estado miembro, pero se mostró favorable a «examinar» la asistencia a los más afectados.

En la misma línea, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, indicó que el acuerdo alcanzado en Manchester en 2005 recoge explícitamente la posibilidad de ayudar a los colectivos y sectores más vulnerables. Pero el comisario reseñó que cualquier medida debe ser temporal, muy focalizada y no distorsionar el mercado.

Antes de la reunión, varios ministros ya hicieron pública su oposición a la idea de Sarkozy, pues consideran que no es la mejor manera de incentivar la eficiencia energética.

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, afirmó que la propuesta «no es una buena idea» y apuntó que hay otros modos de ayudar a los sectores más afectados por el alza de la energía.