China se había marcado como meta de 2008 la lucha contra la inflación. Foto:BOBBY VYP/REUTERS

TW
0

EFE-WASHINGTON

El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó ayer de que la crisis crediticia en los mercados globales sigue empeorando por la ralentización económica mundial y advirtió también de un aumento del riesgo en los mercados emergentes.

«El deterioro del crédito está aumentando y profundizándose a medida que las economías se ralentizan», señaló ayer el español Jaime Caruana, director del departamento de asuntos monetarios y mercados de capitales del FMI, durante la presentación de la versión revisada del Informe de estabilidad financiera mundial.

El directivo del FMI describió la «retroalimentación» negativa entre la economía real y los mercados financieros como el mayor riesgo para la salud económica del planeta.

En su opinión, la mejor forma de interrumpir esa tendencia sería detener la crisis del mercado inmobiliario estadounidense.

Aseguró, de todos modos, que el elevado grado de morosidad y ejecuciones en el sector hipotecario de Estados Unidos hace imposible determinar el fin de la actual crisis en el sector. «Todavía no es visible el fondo» de la crisis hipotecaria, destacó Caruana, quien mencionó que los problemas ya no se circunscriben a las hipotecas de alto riesgo y se están contagiando a las hipotecas de calidad.

El estudio destaca que la caída de los precios de la vivienda afecta también a otros países desarrollados como Irlanda, España y Gran Bretaña, lo que ha aumentado la preocupación sobre futuras pérdidas en el sector hipotecario y la industria de la construcción. El informe también llama la atención sobre las persistentes dificultades del sector bancario. Menciona, en ese sentido, que es previsible que el acceso al crédito tanto en EEUU como en la zona euro disminuya debido a que los bancos están reduciendo su apalancamiento y tratando de aumentar su capital. El FMI pronosticó en abril que los bancos y otras instituciones financieras podrían perder hasta un billón de dólares a raíz de la crisis crediticia.

El organismo mantuvo ayer esa previsión y destacó que la industria ha reconocido ya pérdidas superiores a los 400.000 millones de dólares.