La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski. Foto: EFELa policía, tomando pruebas.

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OTR/PRESS-VARSOVIA

Estados Unidos y Polonia confirmaron en el día de ayer, mediante una firma con gran carácter simbólico, la construcción del escudo antimisiles en territorio polaco. La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, y su homólogo polaco, Radoslaw Sikorski, dieron su rúbrica a una iniciativa duramente criticada por las autoridades rusas y que beneficiará a Varsovia con la instalación estable misiles Patriot.

Tanto la parte polaca como la estadounidense valoraron positivamente este pacto, que según Rice ayudará a hacer frente a las «nuevas amenazas del siglo XXI». El acuerdo se firmó durante un acto en Varsovia al que, además de Rice y Sikorski, asistieron el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, y el primer ministro, Donald Tusk.

De esta forma, Estados Unidos pone la primera piedra para la construcción de su controvertido escudo antimisiles, especialmente criticado por Rusia, pero que según la secretaria de Estado norteamericana ayudará a ambas partes a defenderse «de las nuevas amenazas del siglo XXI, de los misiles de largo alcance, de los países como Irán o Corea del Norte».

«Estrechamiento»

«Es un día muy especial», indicó Rice, añadiendo que supone «un ejemplo más del estrechamiento» de las relaciones entre Washington y Varsovia en las últimas dos décadas. Por su parte, Tusk aplaudió los beneficios que extraerá su país de este acuerdo, que servirá para modernizar el armamento de su Ejército.

«La presidencia de misiles Patriot que defenderá nuestro territorio y la instalación estadounidense es una dimensión práctica de este pacto vigente», agregó. Un día antes, Kaczynski ya había defendido el escudo antimisiles en un discurso televisado en el que definió a la infraestructura como «únicamente defensiva» y una «garantía de seguridad».

En concreto, la firma implicará la construcción de diez interceptadores de misiles en Polonia, a los que se añadirá un radar gigante que tomará forma en territorio de la República Checa para conformar un operativo previsiblemente listo para funcionar en el año 2012. Ambos países se acercan así a la órbita de la OTAN y, en particular, a la de Washington, en detrimento de la de Rusia.