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OTR/PRESS-SANTIAGO/LA PAZ La reciente masacre en el departamento boliviano de Pando alcanzó ayer al gobernador de la región, Leopoldo Fernández, arrestado por el Ejército. Se le acusa de un delito de genocidio por conspirar en la muerte de al menos 16 personas el pasado día 11, el episodio más violento de los enfrentamientos entre el Gobierno y la oposición, a cuenta de las divergencias sobre el grado de autonomía para las provincias más ricas respecto al poder central de La Paz, respecto a los beneficios en la explotación de los recursos naturales y, en especial, del gas.

Para tratar de solucionar la crisis, ambas partes prosiguen con sus negociaciones, de las que, según el presidente de Bolivia, Evo Morales, se espera un resultado inminente. En sus esfuerzos, Morales cuenta ahora con el aval de la Unión de Naciones Sudaméricanas (Unasur).

Los presidentes de Argentina, Chile, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, así como el de Bolivia, se reunieron de emergencia el lunes en Santiago de Chile. De esta reunión salió una declaración unánime de «pleno respaldo» a La Paz frente a un posible» golpe civil», según informaciones de los medios locales.

Asimismo, los miembros de Unasur condenaron «el ataque a las instalaciones gubernamentales y a la fuerza pública por parte de grupos que buscan la desestabilización de la democracia boliviana».