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EFE-NUEVA YORK/WASHINGTON Algunos de los gigantes rescatados por el Gobierno de EE UU en medio de la crisis financiera se enfrentan a un problema adicional, al estar siendo investigados por un presunto fraude en el negocio de las hipotecas de alto riesgo. La investigación que ha abierto el FBI a las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, así como a la aseguradora AIG -intervenidas todas ellas por el Gobierno- y al banco de inversión quebrado Lehman Brothers, supone una nueva ramificación en la grave crisis que atraviesa el sector financiero.

Estas cuatro compañías se han sumado a las otras 22 que están siendo investigadas por haber cometido irregularidades contables o por haber animado a los inversores a comprar activos garantizados con las hipotecas «subprime», sin alertarles del riesgo que corrían. Además, el FBI investiga a 1.400 intermediarios de créditos hipotecarios en todo el país, por posible fraude. El hundimiento del mercado de las hipotecas «subprime», concedidas a personas sin solvencia económica, originó una reacción en cadena que acabó por hundir el sector inmobiliario y ha desencadenado la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de 1929.

Ahora, las autoridades se han lanzado a la caza y captura de responsables de la crisis a la que se ha visto abocado el país, y que obligará al Congreso a aprobar, según pretende el Gobierno, un paquete de medidas de rescate de 700.000 millones de dólares, el mayor de la historia. Si bien muchos expertos consideran que detrás de la debacle financiera está la laxitud reguladora de la administración, que permitió el crecimiento exorbitante del mercado de las subprime, las autoridades buscan ahora responsables entre las empresas que operaron con estos productos.

Estas empresas han sido las primeras víctimas de la crisis financiera, que ha provocado en todo el mundo unas pérdidas estimadas de unos 500.000 millones de dólares.