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EFE-ROMA La crisis de Alitalia entró ayer en vía de solución después de que el sindicato más fuerte del país, CGIL, firmara el acuerdo para la venta de la aerolínea al consorcio CAI, aunque todavía queda el nudo de los pilotos, que ha obligado al Gobierno a ampliar hasta hoy el límite para adherirse.

La adhesión de CGIL y el anuncio del consorcio CAI (Compañía Aérea Italia, formado por 16 empresarios italianos) de que revocaba la decisión de retirar su oferta por Alitalia y que de nuevo era válida, hizo que el ente de Aviación Civil (ENAC) informara de que la licencia de vuelo de la compañía «no corre riesgos» y que puede seguir volando.

Este era uno de los temores de las últimas horas, después de que el pasado día 22, ENAC diera un ultimátum a Alitalia, señalando que o presentaba ayer un plan de supervivencia o le retiraba la licencia de vuelo. «La propuesta de una oferta de un sujeto (CAI) para una nueva capitalización en breve vuelve a proponer las mismas condiciones en base a la que se le concedió la licencia provisional el pasado 2 de septiembre. De momento, el riesgo de interrupción no existe», dijo el presidente de ENAC, Vito Riggio.

La jornada de ayer comenzó como acabó la del miércoles, con numerosas reuniones y con la mirada puesta en CGIL y en los sindicatos autónomos ANPAC, AVIA, UP y SDL (pilotos y asistentes de vuelo) que se oponían al plan de CAI y a los que el Gobierno había dado de plazo hasta las 20.00 horas para decidir si se adhería.

El primer paso lo dio CGIL, que tras lograr que fueran aceptadas sus propuestas firmó el acuerdo marco, que ya firmaron hace días los otros grandes sindicatos mayoritarios UIL, CISL y UGL.