Un centenar de integristas han muerto en los últimos días en dos operaciones de las fuerzas afganas y de la OTAN en la provincia de Helmand, uno de los bastiones de la insurgencia talibán.
El portavoz del gobernador de la región, Daud Ahmadi, explicó ayer que un grupo de insurgentes atacó varios puestos policiales que forman el cordón de seguridad alrededor de la capital de la conflictiva Helmand, Lashkar Gah.
Los agentes respondieron al ataque con el apoyo de soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), bajo mando de la OTAN.
Al intercambio de fuego, que se inició en la noche del sábado, le siguieron ataques aéreos de la ISAF.
Según Ahmadi, 65 supuestos talibanes murieron durante el transcurso de esta ofensiva, en la que de momento las fuerzas afganas y extranjeras no han sufrido bajas entre sus filas.
En un comunicado, la ISAF confirmó su participación en la operación y aseguró haber conseguido desbaratar «un ataque combinado planeado por las fuerzas enemigas» contra complejos de las fuerzas de seguridad afganas.
Operación conjunta
La OTAN detalló que un grupo de insurgentes se congregó en las afueras de la capital de Helmand para lanzar un ataque con morteros, al que las fuerzas internacionales y afganas respondieron en un «excelente ejemplo de operación conjunta», que aún continúa.
«Durante el contraataque, las fuerzas de la ISAF llevaron a cabo con éxito un bombardeo en el que múltiples fuerzas enemigas murieron», reza el comunicado, que no especifica el número de víctimas mortales.
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