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EUROPA PRESS/PARÍS Un misterioso grupo denominado Frente Revolucionario Afgano, que los servicios secretos franceses dicen desconocer totalmente, colocó ayer cinco cartuchos de dinamita sin que llegaran a explotar en los aseos de los grandes almacenes Printemps de París, desatando la alarma y el caos en pleno corazón de la capital francesa.

En un comunicado remitido a la Agencia France Press, el grupo amenaza con volver a actuar de la misma manera si el presidente Nicolas Sarkozy no retira las tropas francesas de Afganistán antes de febrero de 2009.

Evacuación
Los hechos se desataron alrededor de las 11.30 horas cuando, tras conocerse el anuncio de la existencia de los explosivos en el centro comercial, la policía procedió a establecer un perímetro de seguridad, evacuó al personal y a la clientela del establecimiento comercial y buscó la dinamita, que fue descubierta en el tercer piso del edificio situado en el Boulevard Haussmann, próximo al Ayuntamiento y donde se concentran muchas de las tiendas y grandes almacenes que estos días son lugares de una gran afluencia ante la cercanía de las fiestas de Navidad.

El boulevard y las calles adyacentes fueron acordonadas y la circulación en la zona no se restableció hasta pasadas las 13.00 horas. Reforzada la seguridad, las puertas del comercio reabrieron a las 14.30 horas una vez que los servicios de policía de la Prefectura de París peinaron el edificio y comprobaron que no había ningún elemento sospechoso más.

«El personal hizo gala de una sangre fría notable», relató a la prensa Pierre Pelarrey, director de Printemps, quien confirmó que la seguridad del centro comercial, que recibe unos 100.000 clientes diarios, se ha visto reforzada tras el incidente. No obstante, estaba ya en marcha un dispositivo para incrementarla precisamente con motivo de las fiestas navideñas, y el perímetro del Boulevard Haussmann es uno de los más vigilados de París.

La ministra del Interior, Michèle Alliot-Marie, se desplazó rápidamente al lugaR y detalló que los explosivos eran «relativamente viejos» y no estaban provistos de detonadores, por lo que no hubo un «gran riesgo de explosión». También visitó el lugar el alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë, para expresar su apoyo al establecimiento.