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EFE-ESTRASBURGO Unas 15.000 personas, según la organización, y alrededor de 4.500, según la policía, se manifestaron ayer en Estrasburgo (Francia) en contra de la directiva europea que pretende ampliar la jornada laboral hasta un máximo de 65 horas semanales.

En la víspera de la votación definitiva del texto en el pleno del Parlamento Europeo (PE), los sindicatos pidieron a los eurodiputados un «no» a la directiva de la «esclavitud», según la definió el secretario general de UGT, Cándido Méndez.

En su discurso ante trabajadores y representantes sindicales, Méndez denunció el «atropello» que supone la nueva regulación. «Es un retroceso en las normas laborales que nos lleva del siglo XXI al siglo XIX», dijo el sindicalista español.

La manifestación, que partió de una céntrica plaza de Estrasburgo, confluyó en las inmediaciones de la sede de la Eurocámara, donde los trabajadores se concentraron y leyeron manifiestos.

Organizada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), la protesta reunió a representantes de las principales formaciones sindicales españolas y de los veintisiete países de la UE, aunque las delegaciones más nutridas fueron la francesa y las de Bélgica y Alemania.

Los sindicatos dejaron clara su oposición a la revisión de la normativa pactada por los gobiernos europeos con la oposición de una minoría encabezada por España.