Niños afganos juegan al fútbol delante del palacio Darul Aman, en Kabul, que está destruido por culpa de la guerra. Foto: RAHMAT GUL/AP PHOTO

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EFE-WASHINGTON

Estados Unidos podría enviar el año próximo un contingente adicional de 20.000 a 30.000 soldados a Afganistán, con lo que doblaría sus efectivos cifrados actualmente en 31.000 militares, según afirmó ayer el jefe del Estado Mayor estadounidense, el almirante Mike Mullen. Estas declaraciones de Mullen fueron hechas durante su visita a Kabul y distribuidas por el Pentágono.

Asimismo, responden a las peticiones de los mandos militares, que encabezados por el general David McKiernan, comandante de las tropas de EEUU en Afganistán, habían pedido refuerzos de al menos 20.000 soldados para hacer frente a la creciente amenaza del movimiento talibán. Según el almirante, «las tropas que se han pedido en debates conjuntos con el general McKiernan son las que vamos a necesitar por ahora. Así que no veo un aumento mayor de las tropas, en estos momentos, que de 20.000 a 30.000» soldados.

«Estamos de acuerdo en la petición, así que realmente me parece claro que vamos a cumplir esa solicitud y no es una cuestión de si se va a hacer, sino de cuándo», insistió Mullen. Mullen añadió que una vez que se hayan enviado estos refuerzos, dependerá de las mejoras en el gobierno y la situación económica de Afganistán el que se reduzca la fortaleza del movimiento talibán.

«Sin desarrollo, no hay ninguna cantidad de tropas ni de tiempo que vaya a conseguir una solución» en el país asiático, sostuvo. Según el jefe del Estado Mayor, las nuevas tropas, que prácticamente doblarían el número actual de soldados estadounidenses en el país asiático, podrían desplegarse para mediados de 2009.

«Nos gustaría verlos aquí en primavera misma, pero desde luego para el comienzo del verano como muy tarde», declaró el militar. Gran parte de esos refuerzos quedará destinado en el sur de Afganistán, la zona que ha sido escenario del resurgir de los talibán y donde las fuerzas internacionales han sufrido la mayor parte de sus bajas.

Hasta el momento, la mayoría de los contingentes desplegados en esa zona están integrados por canadienses, británicos y holandeses. «Allí es donde tiene lugar lo más duro de la lucha. Cuando enviemos las tropas adicionales, creo que el nivel de violencia se va a elevar. La lucha será más dura», advirtió el alto mando militar.

Los mandos militares habían solicitado el envío de al menos cuatro brigadas de combate, una brigada de aviación y otras fuerzas de apoyo. El envío de tropas de refuerzo al país asiático ya lo había adelantado hace diez días el propio secretario de Defensa, Robert Gates, en una visita a la base militar de la OTAN en la ciudad afgana de Kandahar.

Gates afirmó la semana pasada que la misión se ampliará «significativamente», con más medios y más tropas de la comunidad internacional. Sin embargo, el secretario de Defensa, que continuará en el cargo con la nueva Administración del presidente electo Barack Obama, matizó esta semana que el envío de refuerzos tendría un límite, ante el temor a que un gran aumento hiciera que la población afgana viese a los soldados extranjeros como una fuerza de ocupación.