El vicepresidente Joe Biden presentó en la Conferencia de Seguridad de Múnich las líneas maestras sobre las que se asentará la política exterior de la Administración Obama. g Foto: MICHAEL DALDER/REUTERS

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La nueva Administración de EEUU se presentó ayer en la Conferencia de Seguridad de Múnich con la mano tendida hacia Rusia e Irán y la petición de ayuda a sus socios europeos, en consonancia con los mensajes del presidente Barack Obama de poner fin al unilateralismo de su antecesor, George Bush. En su primer discurso en Europa tras la llegada de Obama a la Casa Blanca, el vicepresidente, Joe Biden, proclamó un «nuevo tono» en las relaciones, basado en la cooperación y el diálogo, concretado en gestos como el de contar con Moscú para el desarrollo del polémico escudo antimisiles.

«Estoy aquí como representante de un Gobierno que está decidido a emplear un nuevo tono en Washington y en las relaciones de América con los estados del mundo», dijo Biden. «Estados Unidos necesita al mundo pero creo que el mundo también necesita a Estados Unidos», añadió.

La intervención de Biden había sido anunciada por el organizador de la conferencia, Wolfgang Ischinger, como la primera presentación de la política exterior estadounidense a sus socios occidentales, pero se quedó a medio camino. Biden demostró efectivamente que existe un nuevo tono en el discurso político, por ejemplo al pedir «sinceramente» a los europeos que planteen propuestas de cuál debe ser la futura estrategia en Afganistán, pero sin llegar a colmar las expectativas.

Fue directo al invitar a Irán al diálogo, con la promesa de «provechos» para Teherán en caso de aceptarlo y la amenaza de sanciones y presiones en el caso contrario. También pidió a los europeos que acojan a un pequeño número de prisioneros de Guantánamo cuando se cierre esa prisión situada en la isla de Cuba.

Pero el gesto más visible fue hacia Rusia, a la que prometió incluir en su proyecto de crear en el este de Europa un escudo antimisiles. El escudo se pondrá en marcha, dijo el vicepresidente «sólo si resulta tecnológicamente sensato, factible y eficiente desde el punto de vista de los costes» y sólo en «cooperación con los socios de la OTAN y Rusia».

Biden resaltó la importancia de Rusia a la hora de afrontar amenazas conjuntas, como la lucha contra los talibanes, el terrorismo internacional o el comercio con material nuclear. También se mostró convencido de que EEUU y Rusia lograrán ponerse de acuerdo sobre el tratado que debe suceder al Start (de armas estratégicas).