Barak Obama, entre los secretarios de Estado, Hillary Clinton, y de Defensa, Robert Gates. g Foto: KEVIN LAMARQUE/REUTERS

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EFE-WASHINGTON La destrucción de Al Qaeda, tras siete años de guerra, será el eje de la nueva estrategia de EE UU para Afganistán presentada ayer por el presidente Barack Obama y que incluirá el envío de 4.000 soldados adicionales a Afganistán.

«La situación es cada vez más peligrosa» en Afganistán, indicó el presidente estadounidense, que precisó que Al Qaeda cuenta con un refugio en la frontera con Pakistán desde donde trama nuevos atentados. «La seguridad de todo el mundo está en juego», alertó.

Obama presentó la esperada revisión estratégica hacia Afganistán, que se diseñaba desde hace dos meses, en un acto en el Edificio Ejecutivo de la Casa Blanca, en el que estuvieron presentes, entre otros, la secretaria de Estado, Hillary Clinton y el secretario de Defensa, Robert Gates.

La nueva estrategia será «más firme, más inteligente y exhaustiva», afirmó Obama, y tendrá como meta «desactivar, desmantelar y derrotar a Al Qaeda en Pakistán y Afganistán e impedir su regreso a cualquiera de esos países en el futuro».

El aspecto civil, clave
El plan abandona la prioridad sentada por el presidente anterior, George W. Bush, de asentar la democracia en el país y tendrá varios aspectos: militar, civil, ayuda económica y cooperación internacional.

En el ámbito militar, se buscará fomentar el adiestramiento de las fuerzas de seguridad afganas, que se busca que cuenten con 134.000 soldados y 82.000 policías.

Para ello, Estados Unidos enviará un contingente adicional de 4.000 soldados, posiblemente en junio, que tendrán como misión formar y asesorar a esas fuerzas de seguridad.

Estas tropas se sumarán a los refuerzos ya anunciados de 17.000 soldados estadounidenses, que llegarán en los próximos meses y se sumarán a los 36.000 ya desplegados en Afganistán.

Además, EE UU aumentará su envío de personal civil "especialistas en agricultura, ingenieros y educadores, entre otros" para «mejorar la seguridad, la oportunidad y la justicia» en todo el territorio afganos, afirmó Obama.

Una de las prioridades, según explicó posteriormente el enviado especial de EEUU a Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, será la lucha contra la corrupción, «un cáncer que está destruyendo el país», resta autoridad al Gobierno y cuya impopularidad sirve de «banderín de reclutamiento» al movimiento talibán.

El plan se centrará también en Pakistán porque, a juicio de Obama, «el futuro de Afganistán está ligado de manera inextricable ligado al de su vecino».