Obama visitó las pirámides en El Cairo. Foto: LARRY DOWNING / REUTERS

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OTR/PRESS-EL CAIRO

El presidente estadounidense, Barack Obama, prometió ayer que su objetivo es lograr «un nuevo comienzo entre Estados Unidos y los musulmanes de todo el mundo», en su esperado discurso en El Cairo, en el que denunció que los «extremistas violentos» se hayan aprovechado de la actual «tensión» entre Occidente y el Islam, al tiempo que lamentó que en los países occidentales también se haya desarrollado una visión «hostil» hacia los musulmanes.

Obama admitió que «la relación entre el Islam y Occidente incluye siglos de coexistencia y cooperación, pero también conflicto y guerras religiosas». En los últimos tiempos, afirmó, «la tensión ha sido alimentada por el colonialismo que ha negado derechos y oportunidades a muchos musulmanes, y una Guerra Fría en la que países de mayoría musulmana fueron tratados muy a menudo como simples representantes sin contar sus propias aspiraciones».

A esto se ha sumado, según Obama, «la modernización y la globalización que han llevado a muchos musulmanes a ver a Occidente como hostil». «Los extremistas violentos han explotado estas tensiones en una minoría pequeña pero potente de musulmanes», lamentó.

Asimismo, se comprometió «personalmente» a trabajar por la consecución de un estado palestino, asegurando que su país «no dará la espalda» a esta «aspiración legítima». No obstante, advirtió a los palestinos de que deben «cesar la violencia», al tiempo que pidió a Hamás que «reconozca a Israel» y al Gobierno israelí que ponga fin a los asentamientos en los territorios palestinos.

«Durante décadas ha habido (...) dos pueblos con aspiraciones legítimas, cada uno con una historia dolorosa que hace difícil un compromiso», reconoció Obama en un largo discurso en la Universidad de El Cairo que fue dirigido al mundo musulmán.

Interés común

En opinión del mandatario estadounidense, el conflicto palestino-israelí «no puede verse desde una parte o desde otra», sino que «la única solución es que las aspiraciones de ambas partes se unan a través de dos estados, donde los israelíes y los palestinos vivan en paz y seguridad», ya que esto «redunda en el interés de Israel, los palestinos, Estados Unidos y todo el mundo».

Por ello, dijo, «pretendo personalmente buscar este resultado con toda la paciencia que la tarea requiere». En este sentido, aseguró que «Estados Unidos no dará la espalda a la legítima aspiración palestina de dignidad, oportunidad y un estado propio» y denunció que los palestinos viven «humillaciones cotidianas» como consecuencia de la «ocupación», lo cual definió como «una situación intolerable».