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El primer ministro británico, Gordon Brown, defendió ayer su misión militar en Afganistán e insistió en que el Reino Unido «no puede, no debe y no se marchará» de ese país.

En un discurso pronunciado en el Real Colegio de Estudios de la Defensa, en Londres, a raíz de la preocupación por el alto número de víctimas británicas en Afganistán, Brown dijo que la acción militar en ese país es la «primera línea de defensa» contra posibles ataques terroristas en el Reino Unido.

Pero reconoció que su estrategia no está exenta de «peligros y riesgos», al tiempo que confió en que el presidente afgano, Hamid Karzai, ayude a combatir la corrupción.

Seguridad interna
Brown advirtió de que la red terrorista Al Qaeda aún prosigue con los complots para atentar contra el territorio británico a través del entrenamiento de terroristas.

«No es fácil, la elección no es simple. No hay una estrategia que esté exenta de peligros o riesgos. Pero esa es la responsabilidad del liderazgo, del Gobierno y de nuestras Fuerzas Armadas. Hacer lo que es necesario, aunque sea difícil, para mantener la seguridad de la población británica», dijo.

Explicó que en los últimos días se ha puesto de acuerdo con el presidente afgano, Hamid Karzai, sobre una serie de medidas para mejorar la seguridad, el desarrollo económico y las relaciones con los países vecinos, como Pakistán.

Según Brown, la mejor manera de conseguir que las tropas británicas vuelvan a casa es a través de la preparación de la policía y las fuerzas armadas afganas para que asuman su seguridad. «No abandonaremos la estrategia de preparación porque es lo que distingue un ejército liberado de uno de ocupación. No un ejército en oposición a la población local afgana sino un ejército que apoye a la población afgana», resaltó.

«El apoyo internacional -dijo- depende en gran medida de su ambición y de alcanzar cinco puntos importantes: seguridad, gobernabilidad, reconciliación, desarrollo económico y compromiso con sus vecinos. Si con nuestra ayuda el nuevo Gobierno de Afganistán cumple estas cinco pruebas, habrá cumplido un contrato esencial con su propia gente», añadió.

«Si el Gobierno -prosiguió- fracasa en alcanzar estas cinco pruebas, no sólo no habrá cumplido con su gente, habrá perdido su derecho al apoyo internacional».