El ministro alemán de Trabajo y ex titular de Defensa, el cristianodemócrata Franz-Josef Jung, anunció ayer su dimisión por el escándalo en torno a la ocultación de información sobre un bombardeo en Afganistán ordenado por tropas germanas que causó hasta 142 víctimas mortales, muchas de ellas civiles.
«Asumo con ello la responsabilidad por la política informativa del Ministerio de Defensa» cuando era su titular, dijo el cristianodemócrata Jung en una declaración personal realizada en su Ministerio al día siguiente de estallar el escándalo.
Jung insistió, no obstante, en que había actuado en todo momento «correctamente» y que por ello no tenía que retractarse de nada de lo que dijo el jueves en el parlamento, cuando hizo un repaso cronológico de cómo había sido informado de los acontecimientos.
El escándalo saltó a la luz a raíz de un informe y un vídeo publicados el jueves por el diario «Bild». En las informaciones se revela que el Ministerio de Defensa supo desde un principio que el bombardeo sobre dos camiones cisterna lanzado a comienzos de septiembre en las cercanías de Kunduz había costado vidas civiles.
El caso ya hizo rodar el jueves dos cabezas: la del inspector general del ejército y jefe del estado Mayor, Wolfgang Schneiderhan, y la del secretario de Estado de Defensa, Peter Wichert.
Expediente X
En el parlamento, Jung reconoció que el informe existía pero que lo envió a la OTAN sin leerlo ni entregar copia al parlamento. Ayer, sin embargo, su sucesor Karl-Theodor zu Guttenberg, anunciaba que existen al menos otros nueve informes que le han sido ocultados hasta hace menos de 48 horas, cinco de ellos con alusiones a víctimas civiles.
Las nuevas informaciones, que Guttenberg presentó ante la comisión parlamentaria de Defensa, fueron posiblemente el detonante final que condujo a la caída de Jung.
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