Irán desoye las presiones internacionales y ejecutará a las nueve personas que han sido condenadas a muerte por su supuesta participación en las protestas surgidas tras la reelección del presidente, Mahmud Ahmadineyad, en junio pasado y que sacuden el país desde entonces. El primer adjunto a la jefatura del Poder Judicial, Seyyed Ebrahim Raissi, dijo ayer que «todos ellos han sido acusados de atentar contra la revolución y de participar en las protestas».
«Dos han sido ejecutados y los otros nueve lo serán próximamente por su participación en las protestas», agregó durante una reunión mantenida el lunes en una mezquita de la ciudad santa de Qom. Irán ahorcó el pasado jueves a Mohamad Reza Ali Zamani, de 37 años, y Arash Rahmanipour, de 20, acusados de conspirar para derrocar el régimen. Aunque ambos habían sido detenidos meses antes de que estallaran las protestas, fueron juzgados junto a los arrestados en los actuales disturbios.
Dictadura
Por su parte, el líder del «movimiento verde» opositor, Mir Husein Musaví, reiteró ayer que mantendrá alzada la mano en defensa de los derechos del pueblo iraní y advirtió del peligro de una nueva dictadura. En un entrevista publicada por la página web Kalame, gestionada por la oposición, el ex candidato presidencial criticó la acción del Poder Judicial, y en particular las recientes ejecuciones de presuntos opositores.
Además, expresó su decepción con el actual sistema, ya que en su opinión la República Islámica no ha alcanzado los objetivos que defendió durante su gestación y alumbramiento y se acerca a una dictadura como la del sha de Persia, la monarquía Pahlevi. «El movimiento verde no abandonará su camino de lucha pacífico... al menos hasta que los derechos de la nación iraní sean preservados... las protestas pacíficas son un derecho que asiste a los iraníes», afirmó Musaví.
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