Centenares de palestinos se echan a la mar a bordo de barcos de pesca a vela frente al puerto de Gaza ayer para protestar por el ataque del ejército israelí contra la "Flotilla de la Libertad". | Ali Ali

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El barco irlandés 'Rachel Corrie', el último navío de la 'Flotilla de la Libertad', seguía a primera hora de la tarde de ayer rumbo a Gaza a 150 millas de la franja palestina, según uno de los grupos que organiza la expedición.
Según un comunicado enviado desde Chipre y firmado por Greta Berlin, portavoz de la organización «Free Gaza», la tripulación del barco no tiene intención de desembarcar en el puerto israelí de Ashdod, como propone Israel, sino en la franja palestina. En el texto se afirma que el barco «llegará el sábado a Gaza».
En el comunicado se precisa que la embarcación todavía navega por aguas internacionales y no ha llegado a la zona de exclusión marítima israelí, y que la comunicación entre el navío y su base en Chipre es «con frecuencia difícil, cuando no imposible».
Avigdor Lieberman
El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, el ultraderechista Avigdor Lieberman, amenazó con detener el buque en su ruta hacia la Franja de Gaza, después de que esta semana un asalto de la Marina israelí sobre una flotilla que pretendía trasladar ayuda al territorio palestino costero concluyese con nueve muertos.
«Pararemos el buque, y cualquier otro que intente perjudicar la soberanía israelí. No hay posibilidad de que el 'Rachel Corrie' alcance la costa de Gaza», advirtió Lieberman a un canal de televisión del país.
Las fuerzas israelíes detuvieron ayer a la organizadora de la 'Flotilla de la Libertad' en una manifestación celebrada en Bil'in, cerca de la ciudad cisjordana de Ramala.
La palestino-estadounidense Huwaida Arraf viajaba en uno de los barcos de la flotilla. Los testigos citados por la agencia palestina Maan añadieron que en las protestas de ayer también fueron detenidos un manifestante palestino y otro israelí. La policía hebrea se limitó a informar de la detención de tres extranjeros.
Obama
Mientras tanto el presidente de EEUU, Barack Obama, realizó ayer las primeras declaraciones tras el ataque de las fuerzas israelíes. Obama afirmó que es prematuro condenar a Israel por el incidente, si bien, añadió que el asalto a la flotilla que transportaba ayuda humanitaria «no beneficia la seguridad de israel a largo plazo».
El presidente estadounidense recordó que su país apoya una investigación «de estándares internacionales» sobre lo sucedido y consideró que Israel estará dispuesto a someterse a ella.