Jung Gee-Hyoung (c) momentos después de conocer a su hermana. | Reuters

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Unas cien familias separadas por la guerra de las dos Coreas (1950-1953) se reencontraron ayer en el monte norcoreano de Kumgang, en un gesto de distensión entre ambos países ensombrecido por el intercambio de disparos el viernes en su frontera.

En el emotivo reencuentro, el primero de familias de ambas Coreas en más de un año, participaron cerca de 430 surcoreanos y casi un centenar de norcoreanos, en su mayoría ancianos que no veían a sus parientes desde hace seis décadas.

A flor de piel

«Ya había asumido que mi hermano había muerto. Pero estaba vivo y nos buscó. Qué increíble», señalaba Lee Moon-yeong, un surcoreano de unos 70 años, a la agencia local Yonhap unas horas antes de ver en Kumgang a su hermano de 80.

La más anciana en esta ronda de encuentros, Kim Rye-jeong, de 96 años, aguardaba también impaciente para reunirse con su hija de 71 años, de la que fue separada durante la retirada de las fuerzas del Norte, tras la intervención de las tropas de la ONU en el conflicto: «Tenía fe en que estaba viva», aseguró. La guerra que comenzó hace sesenta años dividió la península coreana en un hermético régimen comunista en el Norte y un sistema capitalista en el Sur, que técnicamente siguen en guerra al haber firmado un armisticio en lugar de un tratado de paz.