Decenas de miles de manifestantes bielorrusos salieron ayer a las calles de Minsk para protestar contra la esperada victoria del presidente Alexander Lukashenko, mientras que dos candidatos de la oposición resultaron heridos durante los enfrentamientos con la policía.
De acuerdo con los resultados de los sondeos a pie de urna anunciados por la televisión estatal, Lukashenko habría obtenido entre el 72,2 y el 81,4% de los votos, muy por delante de sus principales oponentes: Vladimir Andrei y Sannikov Nekliaev.
Partiendo de la plaza de Octubre, los manifestantes subieron por la avenida de la Independencia, la arteria central de Minsk, hasta la plaza del mismo nombre, donde se encuentra la sede del Parlamento y del Gobierno de esta ex república soviética.
Revolución
«Aquí, Bielorrusia declaró su independencia en 1991 y aquí la dictadura de Lukashenko caerá hoy», gritaba a la multitud Andrei Sannikov, uno de los nueve candidatos de la oposición en las elecciones presidenciales celebradas este domingo.
«Las autoridades han tenido la oportunidad de tendernos la mano pero una vez más lo han dejado pasar», añadió por su parte Yaroslav Romantchouk, otro de los candidatos opositores que han denunciado «la farsa» electoral.
La oposición había pedido desde el pasado sábado que la gente se manifestara en la calle para denunciar el fraude electoral orquestado por el régimen. Y pese a que la comisión electoral no había anunciado todavía los primeros resultados oficiales, unas 10.000 personas salieron ya a la calle para denunciar lo que consideran un apaño de elecciones.
«Los resultados preliminares que salen de las urnas (...) probablemente darán una idea del resultado real», comentó un funcionario de la Comisión, Nikolai Lozovik. La policía antidisturbios intentó dispersar la marcha con la ayuda de gases lacrimógenos y porras. Se trataba de un primer grupo de 200 manifestantes que querían llegar a la Plaza de Octubre. Entre ellos, resultó herido el candidato Nekliaev, con una lesión cerebral. Tuvo que ser trasladado por una ambulancia a un hospital para ser atendido.
Gobierno y oposición aguardan la reacción de la Unión Europea, que hace cuatro años impuso sanciones contra Lukashenko por falsificar las elecciones de 2006 y reprimir a la oposición, pero más tarde congeló su aplicación. Pero algunos países comunitarios, especialmente los vecinos de Bielorrusia, empiezan a perder la paciencia.
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