El Gobierno cubano ha eliminado el impuesto al dólar de las remesas, según el cual los cubanos que recibían dólares de sus familiares en Estados Unidos debían pagar una multa del 10 por ciento al cambiarlo, con lo que el dinero se reducía sustancialmente más aún teniendo en cuenta que la tasa de cambio es de 0,9 pesos cubanos por cada dólar.
El impuesto se aplicaba en respuesta a las sanciones impuestas por Estados Unidos a los bancos internacionales que cambiaban dólares a Cuba, lo que hacía mucho más caras las transacciones de la isla. Con esta decisión, el Gobierno cubano perderá 76,2 millones de euros, pero a cambio recibirá todos los dólares enviados, cerca de 1.000 millones (762 millones de euros) directamente de Western Union, a cambio de los que entregará moneda nacional convertible.
Escasez de divisas
La medida es importante dadas las dificultades financieras que ha enfrentado Cuba este año, cuando debido a la escasez de divisas, el Gobierno se vio obligado a congelar las cuentas bancarias de algunos empresarios con inversiones en la isla.
Las remesas familiares no son tan significativas como en otros países del área pero juegan un papel importante en la economía doméstica, y cerca del 50 por ciento de la población de la isla las recibe.
Durante el Gobierno de George W. Bush, las remesas fueron muy restringidas, complaciendo a los sectores más duros del exilio. Sin embargo, la reapertura de los viajes y del envío de dinero impulsada por el actual presidente estadounidense, Barack Obama, tuvo una respuesta positiva en la comunidad emigrada.
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