La movilización ciudadana para exigir la salida del presidente egipcio, Hosni Mubarak, recuperó ayer el brío que parecía haber perdido en los últimos días, con una manifestación multitudinaria en la que las familias volvieron a tomar el centro de El Cairo.
En las primeras horas del día el régimen de Mubarak intentó cargarse la concentración dando los primeros pasos hacia las reformas que ha prometido con la aprobación de un comité para enmendar la Constitución, en respuesta a parte de las peticiones que han surgido durante la revuelta popular.
En una intervención televisiva tras reunirse con Mubarak, el recién nombrado vicepresidente, Omar Suleimán, explicó que se han formado dos comités, uno para estudiar cambios constitucionales y legislativos y otro para vigilar la aplicación de las reformas, que entró ayer en funcionamiento. Suleimán aseguró que el régimen egipcio ya tiene una «hoja de ruta clara» para el traspaso de poderes en Egipto.
Después de que el pasado miércoles los partidarios violentos del régimen hiciesen acto de presencia, decenas de miles de egipcios retomaron el espíritu festivo de las primeras concentraciones y mostraron su rechazo a componendas o arreglos que no pasen por la salida de Mubarak.
Calendario
La relativa calma que reina en Egipto desde el fin de semana, con ausencia de incidentes violentos y el regreso de la rutina, empujó a mucha gente a regresar a la plaza Tahrir, epicentro de las protesta. Los manifestantes han establecido un calendario claro, con grandes convocatorias los martes y los viernes, mientras que el resto de días de la semana la presencia de miles de personas en tiendas y carpas trata de que la revuelta no se apague.
La masiva afluencia (cifrada en 300.000 personas por la organización de los Hermanos Musulmanes) colapsó por momentos el principal acceso a la plaza, el puente de Qasr El Nil.
Pese a que el epicentro de la noticia sigue en Egipto ayer se desplazo en parte a Francia. El primer ministro francés, François Fillon, dijo ayer que se fue de vacaciones a Egipto, con un crucero por el Nilo incluido, pagadas parcialmente por las autoridades egipcias poco antes del levantamiento popular contra Mubarak.
Ante los llamamientos para que despida a su ministra de Relaciones Exteriores por irse de vacaciones a Túnez durante la revolución en la antigua colonia francesa del norte de Africa, Fillon decidió hacer público su viaje a Egipto en un intento de prevenir revelaciones más embarazosas sobre las relaciones galas con los polémicos dirigentes norteafricanos. El hecho es que las revelaciones de Fillon han hecho crecer la polémica, que salpica directamente al presidente francés, Nicolas Sarkozy.
1 comentario
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haber si españa enpieza a cojer ejenplo esto si es jente no las manifestaciones que tenemos aqui ole ole oleeeeeeeeeeee