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Un mensajero de confianza de Osama Bin Laden fue quien permitió a la CIA dar con el terrorista más buscado. Su identidad no ha sido revelada, pero este hombre del círculo más cercano de Bin Laden pasó a ser la pista esencial de una operación histórica para Estados Unidos. Gracias a su rastro, los agentes de la fuerza especial estadounidense Navy Seals (las Seals) pudieron encontrar al líder de Al Qaeda y acertar con una bala en su cabeza. La operación empezó a la una de la madrugada hora local (tres horas menos en España) con dos helicópteros sobrevolandola residencia de Bin Laden. Tardaron 40 minutos en finalizar el ataque.

Todo empezó hace cuatro años. Detenidos en la prisión de Guantánamo facilitaron el seudónimo del mensajero a los interrogadores norteamericanos y dijeron que el hombre era un protegido de Sheikh Mohammed, el cerebro de los ataques del 11-S, preso en la cárcel de Guantánamo. Los agentes tardaron dos años en conocer la región donde operaba. A partir de ahí, la CIA halló la localización donde el mensajero de Bin Laden y su hermano vivían en Pakistán.

Durante seis meses tiraron del hilo dejado por el mensajero de Bin Laden identificado hasta toparse con el complejo en el que residía el terrorista saudí. La sorpresa fue mayúscula. Durante una década, la inteligencia y el Ejército norteamericanos habían seguido diversas pistas de Bin Laden, pensando que se encontraba en alguna cueva, entre Pakistán y Afganistán.

Se encontraba en la localidad de Abottabad, cerca de Islamabad y en el norte de Pakistán. Los espías norteamericanos se dieron cuenta de que era un complejo de lujo fortificado con muros de tres metros, con alambres de espino, sin ventanas y con el acceso muy restringido.