«La nueva ola de privatizaciones que adopten necesitarán, por ejemplo, de una solución basada el modelo alemán de la Agencia Treuhand», declaró Juncker en referencia a la agencia de privatización que, entre 1990 y 1994, vendió unas 12.000 entidades públicas de la desaparecida República Democrática Alemana.
La agencia, que por este proceso se convirtió en su momento en el principal conglomerado empresarial del mundo, consiguió acelerar la recuperación económica a costa de un déficit de 130.000 millones de euros y el despido de más de tres millones de trabajadores, según fuentes consultadas por el diario alemán Deutsche Welle.
La soberanía
«La soberanía de Grecia se verá enormemente limitada», sentenció el presidente del Eurogrupo en declaraciones al magacín alemán Focus, en relación a los 5.000 millones de euros en activos públicos que Atenas se va a ver obligada a vender, solo este año, para cumplir con los objetivos estipulados por el FMI y la UE, para mantener el funcionamiento de las instituciones de Gobierno y, sobre todo, evitar la entrada en 'default'.
Por ello, y a pesar de las fuertes críticas de un amplio sector de la población y de la oposición al gobierno socialista del primer ministro George Papandreu, el Parlamento griego aprobó el pasado jueves las medidas solicitadas por el FMI y la UE a cambio del nuevo rescate económico de 12.000 millones de euros, entre ellas la creación de una agencia de privatización.
Ante las sugerencias de que este programa de austeridad podría contar con la presencia de «comisarios» extranjeros para supervisar el proceso, Juncker aseguró que, si bien «no queremos insultar a los griegos, es necesario ayudarles».
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