«La rebaja está motivada porque la consolidación fiscal acordada por el Congreso y la Administración se queda corta de lo que sería necesaria para estabilizar la dinámica de deuda a medio plazo del Gobierno», indicó S&P en un comunicado.
De este modo, la agencia de calificación crediticia cumplió las advertencias de rebaja de la deuda de EEUU que había emitido en las últimas semanas, durante las negociaciones en el Congreso estadounidense para elevar el tope de deuda y evitar la temida suspensión de pagos.
«Más ampliamente, la rebaja refleja nuestra visión de que la efectividad, estabilidad y previsibilidad de los legisladores e instituciones políticas de EEUU se han debilitado en un tiempo de desafíos fiscales y económicos a un grado mayor que los que habíamos previsto cuando le asignamos una perspectiva negativa», agregó S&P.
La agencia de calificación de riesgo situó el pasado 15 de julio la deuda estadounidense «bajo vigilancia con perspectiva negativa», e indicó entonces que había un 50 por ciento de posibilidades de que la degradase en los próximos tres meses.
La decisión de S&P se produce después de que otras grandes agencias, como Moody's y Fitch, anunciasen esta semana que mantenían su máxima nota para la deuda de EEUU, tras conocerse que el Congreso había alcanzado un acuerdo sobre el límite de endeudamiento.
Además, Standard & Poor's remarcó que las perspectivas de largo plazo de la deuda de EEUU son «negativas» y que podría rebaja la nota a AA en los próximos dos años.
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