En Nottingham, entre los acusados formalmente se encuentra una niña de once años. La menor declaró ayer ante el juez y admitió haber participado en los disturbios en Nottingham, rompiendo los escaparates de una tienda de ropa de vestir.
La niña, que aseguró ante el juez haber sido incitada por un grupo de jóvenes, tendrá que cumplir una pena especial, por la que estará bajo la supervisión de los servicios sociales durante nueve meses y quedará libre de cargos si durante ese periodo no comete más delitos.
«Manipulables»
Su padre ha tratado de justificarla al asegurar que, por su edad, es «fácilmente manipulable», según informó The Guardian en su página web.
La edad de responsabilidad criminal en el Reino Unido abarca a menores de edades entre los 10 y los 17 años, que solo podrán ser procesados en tribunales para adultos en caso de que hayan cometido delitos como robo, incendios provocados y violencia.
En Nottingham han sido detenidos también tres chicos de catorce años, acusados de desórdenes públicos. Por otro lado, en Birmingham está bajo custodia un chico de quince años que aprovechó los disturbios para robar trece paquetes de chicles y 21 chocolatinas.
Otros dos jóvenes de 17 años han sido detenidos en Londres por robar en varias tiendas, entre ellas una de ropa de marca y en joyerías. En la región de West Midlands, en el centro de Inglaterra, han pasado también por el juzgado otros seis menores.
Por otra parte, tres jóvenes fueron detenidos por su posible relación con la muerte de tres musulmanes de origen asiático en Birmingham, que fueron atropellados cuando defendían las tiendas de los saqueos.
Por esas muertes, ocurridas en la madrugada del miércoles, ya fue arrestado un hombre de 32 años que ayer quedó en libertad bajo fianza.
Los arrestos de los tres jóvenes -de 16, 17 y 26 años- practicados ayer se enmarcan en la investigación por asesinato que lleva a cabo la policía. En esos hechos resultaron muertos tres jóvenes -Haroon Jahan, de 21 años, y los hermanos Shazad Ali y Abdul Musavir, de 30 y 31 años- en la zona de Winson Green, con fuerte presencia musulmana.
Aunque ello provocó el temor a posibles represalias y conflictos raciales, todo transcurrió sin incidentes después de que el padre del más joven de los fallecidos, Tariq Jahan, llamara a la calma.
«No es una cuestión de razas. He perdido a mi hijo. Negros, asiáticos y blancos, todos vivimos en la misma comunidad», indicó Tariq Jahan.
3 comentarios
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Es el resultado de la buena educacion que hay en los colegios, con los progres.
y quién va a imdenizar a los pobres comerciantes? Sólo son unos niñatos patéticos , yo les pondría a trabajos forzados para 20 años y una buena paliza
Que te fret aquest al.lot?, que va tan tepat...