Barroso, tras su discurso en el Parlamento Europeo asistió al 70 cumpleaños de Stoiber, primer ministro bávaro (d.) junto a Angela Merkel. | MICHAELA REHLE

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La Comisión Europea aprobó ayer imponer una tasa a las transacciones financieras en la UE, que generará unos 57.000 millones de euros, pero a cuya introducción se oponen de manera frontal países como el Reino Unido. El presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, anunció la medida ante el pleno del Parlamento Europeo, donde explicó que la contribución de la banca a la resolución de la crisis es una cuestión de «justicia», sobre todo cuando el sector ha recibido ayudas y garantías de los contribuyentes por valor de 4,6 billones de euros en los últimos tres años.

El nuevo impuesto, que la CE espera poder introducir en 2014 o incluso antes, sería como mínimo del 0,1% para la compraventa de obligaciones y acciones y del 0,01% para los derivados, aunque los Estados miembros podrían aplicar tipos más elevados si lo desean. Diez países de la UE -Reino Unido, Bélgica, Chipre, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Polonia y Rumanía- ya aplican impuestos similares, pero la CE considera una buena idea armonizar la medida en toda la Unión.

Unanimidad

Las decisiones sobre fiscalidad requieren en la UE un respaldo por unanimidad de los países miembros, lo que complica la aprobación de medidas, y en este caso los Veintisiete están muy divididos.

Barroso apeló al europeísmo y a una mayor integración económica como única vía para salir de la crisis, en un discurso del estado de la Unión que recibió el apoyo del grueso de la Eurocámara. Tras reconocer que la UE «se encuentra ante el desafío más grande de toda su historia», el líder de la Comisión reiteró a los gobiernos la necesidad de poner en práctica rápidamente el acuerdo del 21 de julio sobre el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

Por su parte, el pleno del Parlamento Europeo aprobó ayer el nuevo sistema de multas de hasta el 0,2% del PIB, que en el caso de España supondrían 2.000 millones de euros, a los países de la eurozona con déficit y desequilibrios excesivos.