Durante la ceremonia, que tuvo lugar en la capital saudí, la coalición opositora yemení Encuentro Compartido rubricó el mecanismo de aplicación de este acuerdo, auspiciado por los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y que estipula el traspaso de poder en 30 días.
Saleh, que rehusó firmar el pacto en repetidas ocasiones, aseguró hoy que su intención «no era monopolizar el poder» y afirmó que siempre quiso llevar a cabo la transición de forma pacífica.
En un discurso tras la firma del acuerdo, que fue retransmitida por la televisión estatal saudí, Saleh culpó a sus detractores de haber retrasado este momento y alargado la crisis, al asegurar que los partidos políticos rehusaron esta vía y se unieron a la oposición.
El mandatario yemení manifestó que lo que sucede actualmente en Yemen es «una violación a la Constitución», aunque anunció que colaborará con la oposición en esta nueva etapa.
La iniciativa del CCG firmada hoy establece que Saleh delegue el poder en el actual vicepresidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, en el plazo de 30 días.
En una rueda de prensa en Saná, el enviado especial de la ONU para Yemen, Yamal Benomar, explicó que Hadi tendrá «todas las competencias necesarias para aplicar la iniciativa del CCG y organizar elecciones presidenciales anticipadas en el plazo de noventa días desde la firma del documento»
Tras estos tres meses empieza, según Benomar, «una etapa de transición de dos años en la que se formará un gobierno de unidad nacional» y se organizará «un congreso de diálogo nacional integral para trazar el futuro de Yemen».
Benomar pidió a los firmantes que respeten sus compromisos, entre los que figuran el cese de todos los actos de violencia, y manifestó que «la comunidad internacional apoyará el proceso político transitorio y el Consejo de Seguridad de la ONU dará los pasos necesarios contra cualquiera que obstaculice el convenio».
La hoja de ruta para el traspaso de poder de Saleh fue diseñada a finales del pasado abril por el CCG -integrado por Arabia Saudí, Omán, Catar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Baréin- para resolver la crisis en Yemen, escenario de movilizaciones en contra de Saleh desde el pasado 27 de enero.
El acuerdo da también garantías de inmunidad al presidente y a sus colaboradores, una cláusula que hoy llevó a decenas de miles de yemeníes a manifestarse en las calles de Saná y Taiz, las dos principales ciudades del país, para pedir que Saleh sea juzgado por sus delitos.
Los opositores al régimen corearon lemas como «ni garantía ni inmunidad», y en algunos puntos de la capital yemení se registraron choques que dejaron al menos un policía muerto y otro herido, según fuentes de seguridad.
Los enfrentamientos ocurrieron entre las fuerzas del Ministerio del Interior y grupos armados tribales partidarios del jeque Sadeq al Ahmar, que desde mayo mantiene combates esporádicos con las tropas leales al presidente.
Los choques entre opositores y partidarios de Saleh comenzaron al calor de las revoluciones árabes, que ya han derrocado a los regímenes de Túnez, Egipto y Libia.
Para el presidente yemení, «los vientos que soplan desde los países del norte de África forman parte de una agenda extranjera».
Después de la firma del documento, está previsto que Saleh se traslade a Nueva York para recibir tratamiento médico a causa de las dolencias que sufre después del ataque terrorista del que fue víctima el pasado mes de junio, anunció hoy el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Yemen, el país más pobre de la península Arábiga, vive una situación de crisis y de revuelta popular contra el régimen de Saleh, quien ha ejercido el poder desde la unificación entre el norte y el sur en 1990, aunque desde 1978 ya era el gobernante de Yemen del Norte.
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