Este lunes comienza la votación para la elección del nuevo Parlamento egipcio, uno de los pasos clave de una transición tutelada por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) a pesar de la movilización de la población, que exige la transferencia inmediata del poder a un gobierno civil. El proceso de votación se divide en varias rondas, por lo que la votación para las dos cámaras legislativas realmente no concluirá hasta el 11 de marzo.
El nuevo Parlamento --el antiguo se encuentra disuelto-- nombrará a su vez a los miembros de una asamblea constituyente que será la que finalmente redacte la nueva constitución egipcia que sirva para culminar la transición iniciada en febrero tras la dimisión del presidente Hosni Mubarak.
En concreto, los 50 millones de egipcios con derecho a voto --el país cuenta con más de 80 millones de habitantes-- deberán elegir a 498 miembros de la Asamblea Popular o Cámara Baja y a 180 miembros de la Asamblea de la Shura o Senado del Parlamento a través de un nuevo y complejo proceso electoral que se desarrolla en varias fases.
El CSFA nombrará a 10 diputados más de la Asamblea Popular y el nuevo presidente, que será elegido según el calendario en una votación a mediados de 2012, completará ambas cámaras nombrando a 90 senadores. Paradójicamente los miembros de la junta militar no podrán votar, ya que la normativa impide ejercer ese derecho a policías y miembros del Ejército.
Entre el 28 y el 28 de noviembre se celebrará la votación para la Asamblea Popular en nueve provincias, incluidas Alejandría y El Cairo. En las circunscripciones en las que ningún candidato logre el quórum, se celebrará una segunda vuelta los días 5 y 6 de diciembre. En otras nueve provincias se votará los días 14 y 15 de diciembre (segunda vuelta 21 y 22 de diciembre) y las últimas nueve provincias, incluido el conflictivo delta del Nilo, votarán los días 3 y 4 de enero (segunda vuelta, 10 y 11 de enero).
La Asamblea de la Shura será elegida en sufragios posteriores, que se celebrarán entre los días 29 de enero, 14 de febrero y 4 de marzo, divididos igualmente en tres grupos de nueve provincias cada uno y con sus respectivas segundas vueltas.
COMPLEJO MECANISMO DE ELECCION
Sin embargo, la votación en sí no es lo más complejo del sistema electoral, sino que ésta es solo el punto de partida de un enrevesado mecanismo de reparto. Dos tercios de los escaños de la Asamblea Popular se deciden por un sistema de proporcionalidad directa en 46 circunscripciones y entre las distintas candidaturas, cada una de las cuales debe incluir en la lista al menos una mujer, además de un símbolo reconocible para ayudar a los analfabetos.
El tercio restante --166 escaños-- están reservados para candidatos individuales, ya concurran como independientes o sean miembros de alguna formación política. Para esta categoría el país se divide en 83 circunscripciones, cada una de las cuales elegirá a dos diputados.
De estos legisladores, la mitad deben ser «profesionales» y la otra mitad «obreros» o «campesinos», un precepto heredado de la época del presidente Gamal Abdel Nasser. Para obtener el escaño, un candidato debe lograr el 50 por ciento de los votos de la circunscripción, ya sea en primera o en segunda vuelta, pero si un profesional gana un escaño, el otro debe ir a parar a un obrero o campesino. De darse la circunstancia contraria, los dos escaños si pueden ser asignados a obreros o campesinos.
Este mismo sistema se aplica a los comicios a la Asamblea de la Shura y presumiblemente beneficiará a los notables y dirigentes de familias grandes de las zonas rurales del país que eran fieles al régimen de Mubarak, según los analistas.
Así pues, los resultados oficiales definitivos de las elecciones no se conocerán hasta dentro de meses. Sin embargo, se espera que los sondeos a pie de urna den una orientación aproximada el mismo día que comience la votación.
Los analistas, aunque cautos por la complejidad del nuevo sistema electoral, esperan que los islamistas logren aproximadamente un 40 por ciento de los escaños, mientras que los liberales serían el segundo grupo más votado y lograrían un tercio de los asientos, por lo que se espera que el nuevo gobierno, aunque será nombrado por los militares, refleje la pluralidad de la sociedad egipcia.
MOVILIZACION POPULAR
El actual calendario que se maneja para la transición no prevé que haya un nuevo presidente al menos hasta mediados de 2012 y será la propia junta militar la que fije la fecha de los comicios presidenciales. Por ello, los principales movimientos que impulsaron la Revolución del 25 de Enero continúan movilizados y exigen la transferencia inmediata del poder a una administración civil.
En cuanto a los comicios que comienzan este lunes, los activistas revolucionarios han manifestado su escepticismo y temen que sirva para perpetuar en el poder a figuras como el nuevo primer ministro nombrado por el Ejército, Kamal Ganzouri, quien ya ejerció como jefe del ejecutivo con Mubarak.
En palabras de uno de los manifestantes, Mohsen Awf, no hay ningún candidato que represente al pueblo y a la revolución. «Es como durante la revolución. Los políticos se ocultaron hasta que Mubarak se fue y solo entonces salieron a la calle. Los candidatos se esconden ahora en sus casas», ha indicado Awf en declaraciones al diario 'Al Masry al Youm'. «Hasta que haya unas auténticas elecciones, así es como votamos», ha apostillado otro manifestante, Jaled Abdalla.
Desde la propia plaza Tahrir, el activista Said Gohar recuerda que los militares no tienen legitimidad alguna para gobernar el país, lo que resta a su vez toda legitimidad a las elecciones que comienzan mañana. Gohar ha defendido por ello la formación de un gobierno de salvación nacional formado por los propios revolucionarios de la plaza Tahrir y restó solidez a la propuesta de que este gobierno de transición sea liderado por Mohamed ElBaradei, ya que considera que no sabe lo suficiente de él como para confiarle el gobierno.
Junto a Gohar, un gran cartel del Sindicato de Abogados fija cuatro demandas fundamentales del movimiento de protesta: redacción de una nueva constitución en 60 días, nombramiento de un nuevo presidente en cuanto la nueva constitución entre en vigor, enjuiciamiento de quienes han matado a revolucionarios y nombramiento de un civil como responsable del Ministerio del Interior.
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