La dirección del BNS se limitó a decir que lamenta la decisión de su hasta ahora presidente, así como las circunstancias que le han empujado a dimitir.
En rueda de prensa, Hildebrand justificó su dimisión afirmando que no tiene cómo probar su inocencia y en aras a preservar la credibilidad de la institución que ha dirigido hasta ayer.
Investigación
La polémica estalló la semana pasada, cuando la prensa publicó que el Consejo Federal había solicitado dos investigaciones (una pública y otra privada) para determinar si Hildebrand o su entorno familiar habían cometido alguna falta al especular y enriquecerse en el mercado de divisas usando información privilegiada. Ambas investigaciones exculparon al directivo, pero señalaron como dudosa una transacción en que su esposa, Kashya Hildebrand, había comprado 500.000 dólares tres semanas antes de que el BNS estableciera un cambio fijo entre el euro y el franco suizo que revalorizó el dólar, lo que conllevó una cuantiosa ganancia para la pareja.
Hildebrand ha insistido en que su esposa, «que tiene un carácter fuerte» fue quien decidió realizar la transacción y que él no tuvo conocimiento de la misma hasta la mañana siguiente.
«He llegado a la conclusión de que nunca podré dar la prueba definitiva de que la transacción dudosa fue ordenada por mi esposa. Sólo puedo dar mi palabra de honor», se justificó.
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