En la vista para prolongar su prisión preventiva, Breivik reiteró que asume los hechos, pero se declaró inocente, porque considera que actuó «en una situación de emergencia para mi pueblo, mi cultura y mi país», amenazados por quienes consideró defensores del multiculturalismo que, en su opinión, están destruyendo Noruega.
«Los ataques contra el complejo gubernamental iban dirigidos contra traidores que cometen destrucción cultural, la deconstrucción del grupo étnico noruego. Es lo mismo que limpieza étnica noruega», dijo Breivik, lo que provocó algunas risas en el interior de la sala, donde estaban presentes supervivientes de los atentados.
Advertencia
El fundamentalista católico proclamó su condición de «militante militarista, un comandante de los Caballeros Templarios en Noruega», y advirtió de que «el movimiento de resistencia noruego» seguirá luchando contra los «traidores» del Partido Laborista, que ha gobernado el en los últimos años.
Breivik, que leyó un manuscrito que llevaba consigo, consideró que el doble atentado fue un «ataque preventivo» y que por él merece la Cruz de Guerra con tres espadas, la más alta distinción que conceden las autoridades noruegas por actos patrióticos.
La vista fue la segunda, de las cinco que se han realizado desde su detención hace seis meses, abierta al público, pero la primera en la que Breivik accedió a ser fotografiado durante unos minutos, antes de quedar constituido el tribunal.
Vestido con un trajo oscuro y esposado, Breivik esbozó una sonrisa al entrar en la sala e hizo un saludo con sus brazos extendidos hacia adelante.
Su abogado, Geir Lippestad, confirmó luego que Breivik le había contado con anterioridad que pretendía hacer el saludo fascista.
El ultraderechista noruego pidió la inhabilitación de la juez, porque su mandato le ha sido dado «por las organizaciones que apoyan el multiculturalismo», y tildó el informe psiquiátrico que se le ha hecho, y que concluye que padece esquizofrenia, de «ridículo».
Breivik reiteró además que no piensa someterse a nuevos exámenes psiquiátricos para el nuevo informe solicitado por los tribunales, aunque éstos pueden obligarlo a hacerlo.
El Supremo noruego deberá decidir en los próximos días sobre el recurso de Breivik contra el nombramiento de otros dos psiquiatras.
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