El ministro británico de Economía, George Osborne, muestra su cartera ministerial ante el número 11 de Downing Street. | TOBY MELVILLE

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El Gobierno conservador británico presentó ayer un presupuesto para 2012-13 destinado a «mejorar la competitividad y fomentar el crecimiento» con ventajas fiscales para las empresas y las rentas altas, que pagarán menos impuestos.

El ministro de Economía, George Osborne, anunció en su intervención ante el Parlamento una destacada rebaja del 26 al 24% del impuesto de sociedades, que grava los beneficios empresariales, así como una reducción del 50 al 45 % a partir de abril de 2013 del impuesto sobre la renta para los ciudadanos con ingresos superiores a las 150.000 libras anuales (179.000 euros).

Esta medida, que fue muy bienvenida por la patronal de empresarios y criticada por la oposición laborista, se compensa con una concesión fiscal para las clases menos pudientes, al elevarse a 9.205 libras (10.953 euros) el umbral de ingresos a partir del cual habrá que empezar a pagar impuestos.

Osborne dijo que se trata de un presupuesto «fiscalmente neutro», en el que las rebajas fiscales se compensan con otras recaudaciones, de forma que no haya que incrementar el endeudamiento y pueda cumplirse el objetivo de reducción del déficit estatal.

Aplauso de la patronal

Las medidas del ministro, que también ofreció desgravaciones fiscales para sectores económicos punteros como biotecnología y animación cinematográfica, fueron aplaudidas por la Confederación de la Industria británica (CBI), que solo lamentó que no se hubiera «flexibilizado más la regulación».

Pese a algunas concesiones como el incremento del umbral impositivo, el líder laborista, Ed Miliband, consideró que «es un presupuesto para millonarios» y acusó al Gobierno de querer satisfacer a los ricos entre sus filas.

Así, en pro de la «transparencia», pidió simbólicamente a los ministros del Gobierno -en su mayoría de clase alta y acaudalados- que levantaran la mano quienes iban a beneficiarse de la rebaja del impuesto sobre la renta y a negar con la cabeza los que no.

«Con este presupuesto, millones de personas pagarán más y los millonarios pagarán menos», espetó Miliband, que subrayó que los cambios propuestos dejan fuera a las clases medias.