Afganos reciben asistencia médica tras resultar heridos en un atentado suicida. | I. SAMEEM

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Al menos 40 personas murieron y decenas fueron heridas en un ataque suicida múltiple y en un operativo de la OTAN que convirtieron el día de ayer en una de las jornadas más sangrientas para los civiles en los últimos años en Afganistán.

El incidente de mayor gravedad tuvo lugar en torno a las 11.00 hora local en las afueras de la ciudad meridional de Kandahar, donde un comando de insurgentes se inmoló en un mercado cercano al aeropuerto, informaron fuentes oficiales.

Un terrorista detonó una carga explosiva que portaba en una motocicleta y, cuando la gente se acercó a ver qué había ocurrido, otro suicida provocó una segunda explosión, explicó a Efe el gobernador provincial, Toryalai Wisa.

Wisa cifró el número de fallecidos en 22 -todos ellos civiles- y el de heridos en 50, algunos de ellos de carácter grave.

Guardias

El jefe de la Policía provincial, Rahmatulá Itrafi, precisó a la agencia AIP que ocho de las víctimas mortales eran guardias de una compañía privada de seguridad.

Los talibanes se atribuyeron la autoría del atentado y uno de sus portavoces aseguró a Efe que en la acción murieron 17 soldados de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF).

La Alianza Atlántica desmintió, no obstante, esta información.

«La explosión ocurrió a varios kilómetros de distancia de la instalación militar utilizada por la ISAF en el aeropuerto de Kandahar y nunca podría haber herido a las tropas que allí trabajan», afirmó la comandancia, en un comunicado.

La provincia de Kandahar, y en especial su capital, está considerada el bastión espiritual del movimiento integrista talibán, que vio la luz a mediados de 1990 en esa región meridional.

Horas antes del ataque en Kandahar, otros 18 civiles -incluidos mujeres y niños- habían fallecido en una operación conjunta de tropas afganas y de la OTAN en la provincia de Logar, en el centro del país.

El jefe de la Policía provincial, Ghulam Sakhi Rogh Liwanai, dijo a Efe que las víctimas habitaban una casa de la localidad de Sajawand que fue atacada de madrugada por fuerzas aliadas bajo la sospecha de que servía de refugio a un dirigente talibán identificado como Qari Sardar.