El exlíder serbobosnio Radovan Karadzic, ayer durante su declaración ante el tribunal de La Haya. | ROBIN VAN LONKHUIJSEN

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El exlíder serbobosnio Radovan Karadzic aseguró ayer en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) que hasta su llegada a La Haya no supo nada del genocidio de Srebrenica, el enclave bosnio donde fueron asesinados unos 8.000 varones musulmanes. «Nunca había escuchado nada de lo ocurrido hasta que llegué aquí», afirmó en la primera vista de su defensa el expresidente de la República Serbia de Bosnia (1992-1995) en referencia a la matanza de Srebrenica, ocurrida en julio de 1995 en esa ciudad bosnia y llevada a cabo por unidades del ejército de esa república bajo el mando del general Ratko Mladic.

Karadzic aseguró que durante su mandato no tuvo «indicios de un simple abuso o un simple asesinato» en ese enclave bajo protección de Naciones Unidas y que en el momento del genocidio contaba con 400 «cascos azules» holandeses. También se eximió de cualquier responsabilidad en esa matanza al declarar: «Nunca permití ni el más mínimo crimen y menos aún crímenes en masa».

Premiado

Reconoció sin embargo haber dado órdenes relacionadas con Srebrenica, pero mantuvo que con ellas pretendía «proteger a civiles y musulmanes». El que fue dirigente político del general Ratko Mladic, quien también está siendo juzgado en el TPIY por los mismos cargos, inició su defensa perfilándose como un hombre pacífico que «debería de ser premiado» por haber intentado acabar con la guerra» que asoló Bosnia entre 1992 y 1995.

«Participé en acuerdos de paz, promoví medidas de humanización del conflicto y promulgué con éxito actos humanitarios», sostuvo Karadzic, quien adujo que «por lo único que se me puede juzgar es por mi estupidez social y política a causa de la confianza que deposité en otros», en referencia a los musulmanes.

En su versión de los hechos, «los serbios hicimos concesiones para mantener la paz», mientras que los musulmanes fueron los que «iniciaron la guerra» en Bosnia. Karadzic aplicó el argumento de la «defensa territorial» para rebatir los cargos de crímenes de guerra y lesa humanidad de los que le acusa el tribunal.