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Tras días de reflexión y en medio de la crisis de confianza ciudadana que atraviesa el Gobierno, los socialistas franceses cerrado ayer su primer cónclave nacional en el poder después de una década en la oposición, cerrando filas en torno al Ejecutivo y al presidente Hollande, cuya gestión, según las encuestas, está decepcionando a muchos franceses.

El partido ha investido a su nuevo secretario general, Harlem Désir y dijo adiós a Martine Aubry, su predecesora, que tras las elecc iones que devolvieron el poder al PSF ratificó su deseo de dejar el liderazgo de la organización.

Désir, que ya había recibido el pasado día 18 el aval de los militantes socialistas, ha tomado oficialmente las riendas de la formación. Hasta ahora poco mediático, será el primer francés de raza negra en pilotar el barco socialista. En su primer discurso como líder, el ex presidente de SOS Racismo reivindicó sus orígenes, los de «un niño del extrarradio» que ha peleado por la igualdad y la fraternidad de los jóvenes del país».

Mandatos

Désir marcó cuáles serán las prioridades de la formación bajo su batuta: «Abriremos el matrimonio y la adopción a todas las parejas, pelearemos por el derecho de voto de los extranjeros en las elecciones locales y haremos una ley para la no acumulación de los mandatos», señaló, a modo de programa.

También tuvo palabras para la oposición, una derecha (UMP) que, dijo, quiere «un sarkozysmo aún peor» y que «no ha aprendido ninguna lección de su derrota». «La nostalgia de Sarkozy, nadie lo demuestra, ni Copé ni Fillon», dijo en referencia a los dos candidatos a la presidencia del UMP, que celebrará su propio congreso para designar a su líder en noviembre.

Martine Aubry ha dicho adiós a su cargo de secretaria general. En el último año la veterana socialista ha acumulado varias derrotas políticas: primero fue vencida por François Hollande en las primarias del partido y después, ya investido el nuevo presidente, se le escapó también el cargo de primer ministro, que fue a parar a manos de Jean-Marc Ayrault.

En este congreso los socialistas han elegido también la composición de su órgano de mando, una especie de parlamento interno (204 miembros) en el que están representadas las distintas corrientes. Los delegados ya pactaron el reparto de poder el pasado viernes, con 143 escaños para Désir y 27 para el ala representada por Emmanuel Maurel.

Ségolène Royal también se ha dejado ver en el cónclave. reclamando al Ejecutivo que acometa sus reformas y promesas al asegurar, por ejemplo, que «Europa no puede esperar más», que «es hora de pasar a los actos».