El presidente, junto a Biden, en su primer discurso en la Casa Blanca tras la reelección del pasado martes. | KEVIN LAMARQUE

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El presidente de EEUU, Barack Obama, invitó ayer a los líderes republicanos y demócratas en el Congreso a iniciar la semana próxima negociaciones para un acuerdo para la reducción del déficit público que evite el temido «precipicio fiscal».

En su primera comparecencia en la Casa Blanca tras haber ganado la reelección, Obama invitó a esos líderes a dialogar en la residencia presidencial para «construir un consenso» y enfatizó que la prioridad debe ser «el empleo y el crecimiento».

El presidente también afirmó que está «abierto a nuevas ideas» para llegar a un acuerdo sobre la deuda, pero reiteró que su plan contempla combinar recortes en el gasto con subidas de impuestos a los más ricos, algo a lo que se oponen los republicanos.

«Tenemos que combinar recortes de gastos con ingresos y eso significa pedir a los estadounidenses más ricos que paguen un poco más en impuestos», subrayó Obama durante su comparecencia en la Sala Este de la Casa Blanca, en la que estuvo acompañado de su vicepresidente, Joe Biden.

Obama se declaró «abierto al compromiso», pero también hizo hincapié en que no aceptará ningún plan de reducción del déficit que no sea «equilibrado».

«No estoy casado con cada detalle de mi plan», sostuvo antes de afirmar que las elecciones del pasado martes, en las que salió reelegido, pusieron de manifiesto que «la mayoría de los estadounidenses» está de acuerdo con sus planteamientos.

Los estadounidenses «quieren cooperación, consenso y sentido común. Pero sobre todo quieren acción», indicó Obama.

«Vamos a extender los recortes de impuestos a la clase media ahora mismo», pidió.

En esta primera comparecencia Obama dejó claro que su prioridad ahora es evitar el temido «precipicio fiscal» en el que entraría EEUU si republicanos y demócratas no acuerdan en el Congreso medidas.