Los gobiernos y las instituciones europeas pidieron ayer a los partidos políticos italianos que dialoguen y que pongan remedio a la inestabilidad surgida tras las elecciones generales.
El vocablo «estabilidad» fue uno de los más empleados ayer por los políticos europeos una vez conocidos los resultados de las elecciones en Italia, pero también «austeridad», por la influencia que puedan tener en las políticas llevadas a cabo en la UE.
En interés de Italia y de Europa «lo decisivo» es que se llegue a una «estabilidad» política y a la formación de «un gobierno con capacidad de gestión», dijo el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle.
Para Francia, en cambio, lo sucedido en Italia es una advertencia al resto de Europa y a las políticas de austeridad, porque, según el ministro de Reconstrucción Productiva, Arnaud Montebourg, los italianos han rechazado «la política impuesta por los mercados». «Los pueblos no están dispuestos a pasar por el aro», señaló Montebourg, quien subrayó que «las consecuencias de un voto soberano no deberían siquiera cuestionarse».
Sorpresa
El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, fue el único alto representante de una institución de la UE que opinó ayer sobre los resultados en Italia, y lo hizo sobre todo para resaltar la necesidad de aceptar la voluntad democrática de la ciudadanía.
No ocultó su sorpresa por los resultados al comentar que «es difícil de interpretar lo que se ha expresado en Italia», si bien reconoce que la ajustada victoria de la alianza de centro izquierda en la cámara baja demuestra el escepticismo del electorado ante las medidas de recortes unilaterales. «Mi consejo a todos es que respeten el resultado de las elecciones democráticas. Ahora tienen un mandato democrático. Hay que vivir con el resultado de las elecciones», agregó en su declaración a los medios en la sede del PE en Bruselas.
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