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La demora en la aplicación de soluciones a los desafíos a medio plazo planteados a la economía podría llevar la crisis financiera a una nueva fase «más crónica» caracterizada por el deterioro de las condiciones y episodios recurrentes de inestabilidad, según ha advertido el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«La crisis financiera mundial podría entrar en una fase más crónica caracterizada por un deterioro de las condiciones financieras y por episodios recurrentes de inestabilidad financiera», señala la institución en el primer capítulo de su ‘Informe de estabilidad financiera global'. No obstante, el FMI destaca que el efecto combinado de los mayores compromisos políticos y de los estímulos monetarios han permitido atenuar los riesgos más agudos en los mercados.

De hecho, en el caso de la zona euro, el informe del FMI aprecia una «considerable disminución» de los riesgos agudos para la estabilidad, aunque advierte de que «muchos bancos en la periferia de la zona euro» afrontan problemas relacionados con los altos costes de financiación, el deterioro de la calidad de los activos y la escasa rentabilidad. De este modo, el informe señala que, mientras en EEUU el proceso de saneamiento «prácticamente se ha completado», ciertos bancos europeos necesitan «redoblar los esfuerzos».

«En particular, los bancos en la periferia de la zona euro se enfrentan a desafíos considerables que disminuyen su capacidad para apoyar la recuperación económica», añade. El Fondo subraya que las «persistentes» diferencias en los costes de financiación entre el núcleo y la periferia de la zona euro mantienen «constreñido» el flujo de crédito hacia la economía real y obstaculizan la recuperación en países como España o Italia.