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El presidente de EEUU, Barack Obama, dijo que la situación es Siria es un problema de la comunidad internacional en su conjunto e insistió en que EEUU no actuará en solitario para poner fin al conflicto.

«Continuaremos intentando movilizar a la comunidad internacional en su conjunto» para que el líder sirio Bachar al Asad se dé cuenta de que «ya no tiene legitimidad y se tiene que ir», afirmó Obama en una rueda de prensa conjunta en la Casa Blanca con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.

El presidente estadounidense indicó que el objetivo último es avanzar hacia una transición política en Siria que permita que las instituciones sigan funcionando y que exista, al mismo tiempo, un organismo multiétnico y multirreligioso para lograr una Siria en paz y democrática. Añadió que EEUU sigue recolectando pruebas sobre el uso de armas químicas en Siria, que la Casa Blanca ha considerado como «una línea roja».

Personas en peligro

Obama subrayó que las filtraciones a la prensa relacionadas con la seguridad nacional «pueden poner en peligro a personas», en alusión al caso del espionaje telefónico realizado por su Gobierno a la agencia de noticias AP.

Obama destacó también la necesidad de que exista un «equilibrio» entre la seguridad nacional y la protección de la libertad de prensa, al tiempo que mantiene su «plena confianza» en su secretario de Justicia, Eric Holder, cuyo departamento recopiló de forma secreta los registros de 20 líneas telefónicas de AP entre abril y mayo de 2012. Aseguró que no pedirá perdón por el escándalo.

Por otra parte, Obama tildó de «inaceptable» el uso partidista de la recaudación tributaria, tras el escándalo desatado después de conocerse que el Servicio de Impuestos Internos (IRS) hizo un excesivo escrutinio a grupos de tendencia conservadora, entre ellos al ultraconservador «Tea Party».

«Puedo asegurar que no sabía nada» del informe que destapó esas prácticas hasta que fue publicado por la prensa, sostuvo también Obama en una rueda de prensa bajo la lluvia en la Casa Blanca junto con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.