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La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) confirmó ayer la muerte el miércoles de 355 personas con síntomas neurotóxicos en la periferia de Damasco, en una jornada en la que el régimen sirio y los rebeldes redoblaron sus acusaciones mutuas sobre el uso de armas químicas.

De acuerdo con la citada ONG, al menos tres hospitales de la provincia de Damasco atendieron ese día a 3.600 ciudadanos con los mismos síntomas, horas después de un controvertido ataque contra las localidades de Guta Oriental y Occidental.

«El personal médico de esos centros ofreció información detallada a los doctores de MSF sobre el gran número de pacientes que llegaron con síntomas (neurotóxicos), como convulsiones, salivación excesiva, pupilas dilatadas, visión borrosa y dificultades respiratorias», indicó Bart Janssens, director de operaciones de esta organización.

Estas personas fueron tratadas principalmente con atropina, medicamento utilizado en víctimas de armas químicas, agregó MSF, antes de precisar que su personal no se pudo acercar a la zona por falta de seguridad.

Similares

Las cifras y los detalles aportados por MSF son similares a los ofrecidos por el Observatorio de Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ya denuncia la muerte de al menos 322 personas, entre ellas 54 niños y 82 mujeres, en el supuesto ataque químico del pasado miércoles sobre los suburbios de Guta Oriental y Occidental, en la periferia de Damasco.

En un comunicado, el OSDH afirmó que entre los fallecidos también hay decenas de rebeldes, mientras que dieciséis cadáveres no han podido ser identificados.

Esta ONG acusó directamente al régimen sirio de perpetrar esta matanza, aunque las autoridades han negado que hayan utilizado armamento químico y han acusado a los rebeldes de haberlo empleado contra sus soldados en la localidad de Yobar, en la periferia de Damasco.