A la entrada de Muadamiya, el convoy de los expertos fue blanco de disparos, de cuya autoría el régimen sirio y los opositores se han acusado mutuamente.
El equipo de la ONU tuvo que regresar a Damasco y reemplazar el vehículo dañado, pero pudo finalmente llegar a esa localidad, situada en la zona de Guta y bajo control de los rebeldes.
Uno de los activistas que acompañó a los investigadores, Wasim al Ahmed, explicó a Efe por teléfono que estudiaron y recogieron pruebas en algunos de los lugares y edificios alcanzados por los misiles.
Al Ahmed, portavoz del centro de prensa de Muadamiya, señaló que los expertos se entrevistaron en el hospital con heridos por el ataque químico y les tomaron muestras de sangre y de pelo.
Según este activista, la visita duró unas tres horas y debido a su retraso en llegar por los disparos contra su convoy, la misión no tuvo tiempo suficiente para acceder a todos los sitios afectados por las armas químicas.
El pasado miércoles, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal alianza opositora, denunció que al menos 1.300 personas fallecieron en un ataque químico del régimen, aunque Médicos Sin Fronteras (MSF) confirmó solo 355 muertos con síntomas neurotóxicos, sin valorar quién fue el autor de la matanza.
Varios vídeos colgados en internet por los grupos opositores muestran al equipo de la ONU hablando con lugareños y médicos, aunque la mala calidad de las imágenes impide comprender bien las conversaciones.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, informó de que los expertos visitaron dos hospitales y pudieron entrevistar a testigos, supervivientes y médicos, así como recoger algunas muestras.
En su comunicado, Ban también aseguró que presentará una queja «contundente» al régimen sirio y a la oposición tras el ataque contra uno de los vehículos de la misión.
El máximo responsable de la ONU detalló que el coche fue atacado por un «francotirador no identificado» y expresó su confianza en que a partir de mañana se garantice la seguridad del equipo.
El Gobierno sirio culpó a «grupos terroristas armados», como suele denominar a los rebeldes, del tiroteo y subrayó que en esa zona eran los insurgentes los responsables de garantizar la seguridad de los expertos.
Por su parte, la CNFROS acusó a las milicias del régimen de los disparos y denunció que fue un intento de «intimidar al equipo de la ONU e impedir que descubra la verdad del ataque con armas químicas».
La coalición opositora señaló que francotiradores de las milicias progubernamentales dispararon contra la misión de la ONU cerca de un puesto de control en la entrada a Muadamiya, que todavía está en manos de las autoridades.
En un comunicado, se comprometió a facilitar el trabajo de los expertos en las zonas bajo control de los rebeldes y explicó que los activistas colaboraron con los observadores de la ONU durante su visita.
El equipo, encabezado por el sueco Ake Sellström, llegó a Siria el pasado 18 de agosto, tras retrasar varias veces su visita por desacuerdos entre la ONU y Damasco.
Los expertos, de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya estudian si se emplearon armas químicas en tres zonas de Siria, aunque la ONU ha recibido hasta catorce informes de su posible uso.
El régimen de Bachar al Asad niega haber utilizado armas químicas y ayer autorizó la visita de los expertos a las zonas de la periferia de Damasco blanco el pasado miércoles del supuesto ataque.
Siria nunca firmó la Convención en contra de las Armas Químicas aprobada en París en 1993 y la Asociación de Control de Armas y la CIA estadounidense apuntan a que tiene almacenados gas mostaza, gas sarín y el agente nervioso VX.
La investigación de los expertos de la ONU coincide con una escalada de la presión internacional contra Damasco y de las amenazas de países como EEUU, Francia y Reino Unido sobre una eventual intervención en el país.
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