Seguidores de Fernández, celebrando el éxito de la intervención a la que fue sometida en octubre. | Efe

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La presidenta argentina, Cristina Fernández, recibió ayer «el alta neurológica y quirúrgica» un mes después de la neurocirugía que la ha mantenido alejada del poder, pero tendrá que someterse a nuevas pruebas para determinar, la próxima semana, el ritmo de regreso a sus actividades.

El informe leído por el portavoz de la Casa Rosada, Alfredo Scoccimarro, da cuenta de la mejoría de la mandataria, pero no aclara todavía cómo ni cuándo retomará su agenda presidencial.

El parte médico señala que tras «los resultados satisfactorios obtenidos en la neuroimagen de control que se le realizó en el día de ayer junto a la normalidad de los estudios realizados, se ha decidido otorgarle el alta neurológica y quirúrgica».

Pese a recibir el alta médica, la mandataria argentina tiene prohibido volar por al menos otros 30 días, detalló el equipo médico de la Fundación Favaloro.

La presidenta se someterá a un estudio Holter para analizar su estado cardiológico este fin de semana, y de acuerdo al resultado mañana «se reevaluará médicamente para determinar el ritmo de regreso a las tareas habituales», añadió el parte médico leído por el portavoz gubernamental que, como es habitual, no admitió preguntas en su breve comparecencia.

Además, transcurridos dos meses de la neurocirugía, Fernández se someterá a una nueva neuroimagen de control y una prueba de movimiento oscilatorio corporal, agregó el informe de la Fundación Favaloro.

Cristina Fernández, que se encuentra en el ecuador de su segundo mandato, fue intervenida el pasado 8 de octubre por un hematoma craneal causado por un golpe que se produjo en circunstancias que aún no han sido aclaradas.

En el último mes, la presidenta se ha mantenido en absoluto reposo en su residencia oficial de Olivos, en las afueras de Buenos Aires.