Según explica el diario hebreo, las cartas pertenecen a una familia israelí y hasta ahora se hallaban en la caja fuerte de un banco en Tel-Aviv, pero no se sabe cómo llegaron allí. Se trata de cientos de misivas enviadas por Himmler principalmente a su esposa, Marga, desde 1927 hasta unas pocas semanas antes de suicidarse, en 1945, como prisionero de guerra de los aliados.
Junto a las cartas se han recuperado también fotografías y documentos privados, cuya autenticidad ha certificado el jefe de los Archivos Federales Alemanes, Michael Hollmann.
Las cartas aparecen firmadas con la frase «Tu Heini» o «Vuestro padre» y su contenido es básicamente amoroso, en los primeros tiempos, y luego familiar, aunque también se aprecian buenos ejemplos del furibundo antisemitismo de Himmler, que es compartido por su esposa e incluso por su hija.
«Me voy a Auschwitz. Besos»
Así, en las cartas se refleja su absoluta lealtad a Hitler. «Si Hitler me pidiera que matara a mi madre lo haría», escribió tras ser nombrado jefe de las SS. También revelan la ligereza con la que hablaba de su ‘trabajo' en los campos de exterminio. «Me voy a Auschwitz. Besos, tuyo Heini», decía en una misiva escrita mientras se dirigía al campo de concentración donde llevaría a cabo su ‘Solución final'. «Desde el sábado hasta el martes estaré en un campo de exterminio para probar nuevos e interesantes métodos», escribía en otra. Su mujer tampoco mostraba ninguna preocupación por las actividades de su marido y también compartía el antisemitismo. «Este asunto de los judíos, cuando esa basura desaparezca podremos tener una vida feliz», opinaba.
Las cartas también dejan claro que la pareja se conocía muy bien y bromeaban sobre su maldad. «Tengo tanta suerte de tener un marido diabólico que ama a su diabólica mujer», escribió Marga. Himmler le respondió: «No hay otra cosa que la venganza. Para siempre».
Igual de revelador es el testimonio de Gudrun, la hija de Himmler. Tras visitar un campo de concentración le explicó a su padre: «Mamá, tía Lidia, tía Frieda y yo hemos ido al campo de las SS en Dacha. Hemos comido muy bien allí. Ha sido un gran día. Qué gran proyecto son los campos de concentración».
2 comentarios
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viva
Hi ha un misteri dins aquestos 70 anys de desaparició, si bé elx eperts hans declarat autèntics aquestos documents.